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Lluís Maria Xirinacs.
Artículos publicados en el diario Avui, cuando Lluís Maria Xirinacs era senador independiente en las Cortes Constituyentes españolas, entre los años 1977 y 1979, traducidos al castellano.
Lluís Maria Xirinacs.
Artículos publicados en el rotativo Mundo Diario, cuando Lluís Maria Xirinacs era senador independiente en las Cortes Constituyentes españolas, entre los años 1977 y 1979.
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Publicaciones:
Lluís Maria Xirinacs.
Agustí Chalaux de Subirà, Brauli Tamarit Tamarit.
Agustí Chalaux de Subirà.
Agustí Chalaux de Subirà.
Agustí Chalaux de Subirà.
Magdalena Grau Figueras,
Agustí Chalaux de Subirà.
Martí Olivella.
Magdalena Grau,
Agustí Chalaux.
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Capítulo 14. Nuevas reglas de mercado.
- Objetivos de este capítulo.
- Libertad y libertinaje en el mercado.
- Leyes mínimas para la protección de las libertades
mercantiles.
1. Objetivos de este capítulo.
El mercado es el marco donde se inscribe este ensayo sobre la posibilidad
de reforma del sistema monetario a la luz de las ventajas de las actuales
tecnologías de la información. La hipótesis aquí
presentada es que el sistema monetario ha de ser científico y, como
tal, plenamente informador de todos los actos mercantiles efectuados1. Además, esta información debe ponerse al alcance de quien
lo desee.
A pesar de que el mercado es el tema de referencia a lo largo de todo
el ensayo, todavía no se ha hablado explícitamente de él.
Este capítulo se dedicará a la reflexión sobre las
nuevas formas que podría adoptar un mercado con un sistema monetario
como el descrito.
No analizaremos, en este momento, las repercusiones estrictamente técnicas,
por otra parte ya descritas: conocimiento científico del mercado,
análisis y estadística global del mercado, formulación
de estrategias de equilibrio de mercado, etc., sino que se intentará
ir más allá para poder formular posibles prácticas
sociales innovadoras en el seno del mercado.
El llamado «mercado libre», objeto de tantos fervores
y maldiciones en la crítica histórica de los dos últimos
siglos, es un elemento clave del entramado social. Efectivamente, las reglas
de funcionamiento de un mercado -no las estrictamente monetarias, sino
todas ellas- tienen gran importancia para el desarrollo de la sociedad
geopolítica total.
En definitiva, pues, en este capítulo se intentará demostrar
que la reforma monetaria propuesta puede ser la base para la formulación
de unas nuevas «reglas del juego mercantil» que hagan posible
la constitución de un mercado realmente libre, de cara a
una sociedad realmente libre.
2. Libertad y libertinaje en el mercado.
El «mercado libre», entendido como la libertad de
actuar en él sin someterse a ningún tipo de disciplina, de
reglamentación equilibradora de las diversas fuerzas e intereses
opuestos, ha resultado siempre un engaño. En la práctica
los más fuertes se han impuesto sobre los más débiles.
Las empresas grandes hunden a las pequeñas, los empresarios explotan
a los trabajadores, la publicidad manipula a los consumidores... todo tipo
de injusticias y de crímenes mercantiles se han consumado y continúan
consumándose bajo el velo protector de la moneda anónima,
que confiere la más absoluta impunidad a su utilizador. El poder
del dinero anónimo en el mercado y, por extensión corruptora,
en toda la sociedad, es lo que se llama plutarquía.
Delante de esta realidad tan evidente de la corrupción permanente
del mercado, muchos han optado por negarlo, proponiendo la instauración
de una planificación burocrática que establezca lo que se
ha de producir, como cuando a quien se ha de vender, que se ha de ahorrar...
en función de las necesidades de toda la población.
Pero, históricamente, este sistema de centralización estatista
no ha conseguido totalmente los resultados esperados y, de hecho, provoca
la aparición de nuevas formas rebeldes de mercado libre y de mercado
negro en su seno.
Una opción más realista puede consistir en encontrar y
establecer los mecanismos que hagan que la libertad de mercado no degenere
en libertinaje y plutarquía.
Una libertad real de mercado significa:
-
Libertad para todos. Hay que impedir que el fuerte arrolle al débil,
que «el pez grande se coma al pequeño». Para eso, la
ley tendrá que proteger con efectividad las libertades y los derechos
de todos y cada uno de los agentes del mercado.
-
Libertad responsable. Cada acto libre de mercado ha de ser
personalizado
y, en consecuencia, responsabilizado ante la Justicia. La utilización
obligatoria de la factura-cheque es la garantía de esta responsabilización.
El tema de la responsabilidad es clave en vistas a un mercado realmente
libre. Únicamente la claridad y la transparencia, posibilitadas
por un instrumento monetario documentario y personalizador, puede eliminar
la plutarquía, «el poder oculto del dinero anónimo»
que convierte la «libertad» en opresión.
Gracias a la factura-cheque telemática, los jueces de instrucción
de una «Justicia especializada en el mercado monetario» podrán
recibir toda la documentación omni-personalizada, en cada caso concreto
y en todo lo referente a transacciones monetarias. Como ya se ha dicho
en el capítulo 7, el acceso al archivo
personalizado ha de estar reservado precisamente a la Justicia.
Cualquier acto mercantil podrá, a partir de este momento, ser
conocido y juzgado objetivamente.
Un mercado claro, realmente libre y responsable podrá, sin ningún
tipo de miedos ni reticencias, dedicarse a la consecución de los
siguientes objetivos:
-
una producción máxima, de calidad óptima, al
servicio de toda la población, empleando el mínimo de esfuerzo
y de riesgo por parte de los diferentes factores privados de producción;
-
una inversión máxima y óptima en el ciclo de
la producción, también con un esfuerzo y riesgo que sean
tecnológicamente los mínimos posibles;
-
un consumo máximo y óptimo por parte de todos los
miembros de la sociedad, sin caer en el consumismo estúpido provocado
actualmente por las técnicas publicitarias.
Pero, antes de seguir adelante, conviene aclarar un punto fundamental,
un principio básico que hay que añadir a los ya enumerados,
para conseguir un correcto funcionamiento del mercado. Se trata de la necesaria
distinción entre la sociedad utilitaria y la sociedad
liberal. Como ya sabemos, la sociedad utilitaria es la formada por
todos los agentes mercantiles y sus relaciones. Pero, en toda la sociedad,
existe otro sector que ancestralmente se declara de vocación desinteresada
al servicio del prójimo: se trata de la sociedad liberal, que si
bien actualmente está casi en su totalidad mercantilizada,
debería estar, en realidad, netamente diferenciada y separada del
mercado. Únicamente así el mercado puede funcionar a pleno
rendimiento y las actividades y profesiones liberales pueden retornar a
su vocación originaria.
3. Leyes mínimas para la protección de las
libertades mercantiles.
Un mercado realmente libre para todo el mundo ha de regirse por
unas nuevas reglas de juego que configuren un campo en el cual haya
el máximo de libertad para todos, sin que estas libertades sean
la excusa ni el fundamento para la constitución de grupos de poder.
El conjunto de medidas y normativas propuestas ha de estar tan lejos
del clásico «laissez faire» como de la ya clásica
«planificación burocrática».
Las libertades mercantiles que, desde siempre, el propio mercado ha
reconocido, pueden resumirse en los siguientes principios:
-
libertad de iniciativa y propiedad privada de todos los agentes
mercantiles;
-
libertad de competencia leal entre todos los agentes mercantiles;
-
derecho a una naciente y creciente propiedad comunitaria (según
la hipótesis propuesta en el capítulo
10).
Para proteger estas libertades se propone la implantación de un
conjunto de medidas, entre las cuales destacan las siguientes:
-
Libre contratación y descontratación en favor de una
mayor eficacia productiva, tanto por parte de la empresa como por parte
de su personal colaborador. En contrapartida, se institucionaliza un salario
social automático e indefinido de paro.
-
Organización gremial de las empresas: las empresas se reunirán
en gremios, constituyendo éstos entidades liberales que establecerán
una disciplina interna del mercado, según leyes constitucionales.
-
Salario mínimo interprofesional: el doble del salario social
de paro forzoso. Este salario mínimo es la garantía práctica
contra el libertinaje del «liberalismo», que cuenta con la
presión de la miseria del «proletariado de reserva»
para mantener unas condiciones de trabajo indignas y unos salarios de hambre.
-
Interés mínimo comunitario para todos los saldos de
cuentas corrientes «a la vista», que favorezca tanto el ahorro
de los asalariados como el de las empresas.
-
Precios de venta mínimos anti-dumping, elaborados por cada
gremio para evitar la formación de monopolios. Los monopolios utilizan
precisamente la táctica de rebajar los precios por debajo del coste
para hundir a la competencia y después poder subirlos a voluntad.
-
Publicidad gremial: supresión de toda publicidad por empresa
y elaboración de una única publicidad por gremios, totalmente
objetiva y gratuita.
-
Socialización de ciertos servicios: únicamente aquellos
que por motivos tecnológicos resulten más eficaces si son
monopolizados (agua, luz, teléfono, informática, etc.) a
los niveles locales más apropiados (municipales, comarcales, sociedad
geopolítica, etc.). Este monopolio implica la completa gratuidad
para el usuario. No obstante, hay que reconocer la libertad de crear servicios
privados competidores con los servicios monopolizados.
-
Progresiva reducción de los impuestos en función de
la confirmación de un creciente «bien común mercantil»
representado por los excedentes de producción. Todos los impuestos
se han de reducir a un único «impuesto de solidaridad social»
a extinguir paulatinamente.
-
Salarios sociales-financieros, también en función
de la riqueza común, y establecidos, según los distintos
estatutos (ver capítulo 12):
-
Estatuto General: para toda la población.
-
Estatuto Utilitario: para ciertas contingencias de los profesionales utilitarios.
-
Estatuto Liberal: para todos los profesionales liberales.
-
Estatuto Mixto:
-
para empresas artesanales.
-
para ciertas empresas a las que «el político» no considera
oportuno concederles el monopolio técnico que exige la completa
gratuidad del servicio y un estatuto liberal completo.
El desarrollo técnico y las motivaciones políticas de estas
medidas serán tratadas en otro volumen.
Nota:
1Siempre
con exclusión, como ya se ha dicho anteriormente, de los datos personalizados,
cuyo acceso es reservado a la Justicia.
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