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Lluís Maria Xirinacs.
Artículos publicados en el diario Avui, cuando Lluís Maria Xirinacs era senador independiente en las Cortes Constituyentes españolas, entre los años 1977 y 1979, traducidos al castellano.
Lluís Maria Xirinacs.
Artículos publicados en el rotativo Mundo Diario, cuando Lluís Maria Xirinacs era senador independiente en las Cortes Constituyentes españolas, entre los años 1977 y 1979.
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Publicaciones:
Lluís Maria Xirinacs.
Agustí Chalaux de Subirà, Brauli Tamarit Tamarit.
Agustí Chalaux de Subirà.
Agustí Chalaux de Subirà.
Agustí Chalaux de Subirà.
Magdalena Grau Figueras,
Agustí Chalaux de Subirà.
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Magdalena Grau,
Agustí Chalaux.
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Capítulo 7. Condiciones políticas mínimas
para la implantación de la factura-cheque telemática.
- Objetivos de este capítulo.
- La disyuntiva actual.
- Una justicia independiente, protectora del archivo monetario
personalizado.
- Socialización de la información analítico-estadística.
- Sugerencias legislativas sobre la transición monetaria.
- Equipos y equipamientos telemáticos.
- Simplificación fiscal.
1. Objetivos de este capítulo.
En este capítulo se intentará plantear las condiciones
prácticas mínimas que deben darse para que la implantación
de la factura-cheque telemática no sólo sea técnicamente
viable -cosa que parece estar ya demostrada- sino que, también
y sobre todo, sea políticamente viable en el doble sentido
siguiente:
-
que su realización práctica y adaptación a la realidad
social sea plenamente satisfactoria, provocando el mínimo posible
de conflictos, tensiones o problemas de cualquier tipo;
-
que redunde en un servicio real a toda la sociedad geopolítica,
en un progreso del mercado y la sociedad, y no en el privilegio, exclusivismo
o tiranía telemática de unos pocos sobre toda la población.
2. La disyuntiva actual.
La
propuesta de un instrumento monetario transparente e informativo como el
que hemos descrito en el capítulo anterioracostumbra
a despertar inmediatamente muchas reticencias referentes a una cuestión
fundamental: ¿no será la factura-cheque el instrumento
sofisticado de un nuevo totalitarismo al estilo del descrito por George
Orwell en su obra 1984, de un poder y una opresión nunca
vistos por parte de un Estado que ahora lo podrá saber casi todo
sobre sus ciudadanos?. ¿Dónde quedará la libertad
y la intimidad personales, hasta hoy fundamentadas en el anonimato y muy
especialmente en el anonimato monetario?
Antes de contestar adecuadamente a esta objeción hay que llamar
la atención sobre un hecho evidente. La revolución telemática
es hoy, ya, un hecho imparable e irreversible que afectará, cada
vez más, a todos los campos de la actividad humana, pero siempre
en una dimensión puramente instrumental-inerte, al servicio
de quién mande realmente.
Por otro lado, también hay que considerar que la telemática,
como toda tecnología, es susceptible de utilizaciones muy diversas,
en función de los ideales y de los intereses inspiradores de cada
acción concreta.
Por estos dos motivos, la telemática -como instrumento auxiliar
potentísimo en el campo de la transmisión y tratamiento de
la información- implica necesariamente, o bien una gran esperanza
para todos los pueblos de la tierra -a condición de que se entienda
y se aplique como un instrumento accesible a todo el mundo, dedicado al
servicio de la libertad, la dignidad y la información de todas las
personas-
o bien, una gran amenaza de más despotismo y poder
sobre las personas -si es que resulta monopolizada por los poderosos de
turno, al servicio exclusivo de sus intereses-.
La disyuntiva que se acaba de plantear es también clara en el
caso de la factura-cheque telemática.
Guste o no, lo cierto es que el mercado telemático será
un hecho de aquí a pocos años. En todos los países
tecnológicamente avanzados están en marcha diversas experiencias
de dinero electrónico que no tardarán en extenderse
ampliamente.
Ahora bien, estas diferentes iniciativas no se engloban aún en
el contexto de una reflexión teórica sobre el sistema monetario
global y su articulación en la sociedad entera. De esta manera,
la monética -es decir, el sistema monetario telemático-
nos puede conducir más bien al despotismo absoluto profetizado por
Orwell y Huxley que no a un mundo de libertades concretas como el que deseamos.
Hay que aceptar, por lo tanto, el reto propuesto por la revolución
telemática y, en lugar de optar por soluciones regresivas -que
en realidad son impracticables dada la irreversibilidad del fenómeno-
esforzarse por encontrar los mecanismos concretos que deben proteger las
libertades concretas de todos los ciudadanos.
En este capítulo se propondrán dos de estos mecanismos.
Hay que advertir que serán tratados desde un punto de vista principalmente
práctico,
de medidas técnicas a tomar, mientras que las motivaciones de fondo
y posibles repercusiones sociales de dichos mecanismos serán tratadas
con detalle en otro volumen.
3. Una justicia independiente, protectora del archivo monetario
personalizado.
El control de la población está inscrito en el mismo desarrollo
tecnológico-social de la telemática monetaria que se está
imponiendo, nos guste o no.
El problema a resolver no radica, pues, en el control sino en el uso
que se hará de él y en la autoridad legítima o el
poder ilegítimo que determinará este uso.
Entre las diferentes entidades sociales y políticas que podrían
asumir esta función, se opta aquí por la autoridad justicial,
la cual, siendo realmente independiente del Estado, podría encargarse
con objetividad del archivo monetario total de la sociedad geopolítica.
La Justicia no tiene mando directo sobre el presente de las personas
sino que se limita exclusivamente a sancionar su pasado documentado. Y,
si es realmente independiente del Estado -del Ejecutivo y del Legislativo-,
no puede salirse del rígido marco técnico de la ley, a la
cual está total y únicamente subordinada.
Por estos motivos, la Justicia puede constituirse en la autoridad
más indicada para velar con eficacia:
-
Por el respeto al secreto privado, ya la intimidad personal, a los cuales
tiene derecho toda persona. El secreto privado sólo podrá
hacerse público en dos casos muy bien determinados:
-
cuando conste la autorización escrita del interesado al pie del
documento que se hace público;
-
cuando haya sentencia firme de un Tribunal.
-
Por el respeto al secreto profesional, al cual están obligadas y
tienen derecho todas las personas, sea cual sea su profesión.
La Justicia, pues, debe ser la única institución que tenga
acceso a la totalidad de los datos recogidos por la red monetaria
telemática. El derecho de acceso del Estado y de los particulares
estará constitucionalmente limitado a los datos de tipo analítico-estadístico,
es decir, sin mención de nombres ni identificación de personas.
También sería conveniente que, a la larga, todos los equipos
que formen la red monetaria telemática -tanto los equipos materiales
como los equipos humanos- dependieran de la Justicia.
El hecho de que la Justicia sea el único custodio de la información
monetaria-telemática y la única autoridad que tenga acceso
en plenitud a la red, no significa que este derecho de acceso se tenga
que ejercer indiscriminadamente. La ley tendrá que prever que la
Justicia sólo podrá usar la información que custodia
en aquello que haga referencia a un caso de instrucción concreto.
Cuando un juez de instrucción tenga motivos fundados de consulta
de documentos monetarios relacionados con el caso que esté instruyendo,
éste juez, y sólo él, podrá examinar los documentos
relacionados. únicamente estos podrán ser hechos públicos
delante del Tribunal corespondiente.
Es evidente, sin embargo, que a muchos les parecerá ilusoria
la posibilidad de una Justicia neutral, objetiva, desinteresada. Los casos
de corrupción entre los miembros de la autoridad judicial no son
desconocidos.
Por este motivo, hay que tomar también medidas técnicas
concretas que garanticen la real independencia de la Justicia respecto
del Estado y de cualquier tipo de poder. Sólo esta independencia
puede devolver la confianza en la Justicia como protectora eficaz de todos
los miembros de la sociedad geopolítica.
Independencia económica: para conseguirla, hay
que constitucionalizar unos presupuestos justiciales totalmente independientes
de los del Estado, fijados en un tanto por ciento determinado del presupuesto
total, que iría a parar automáticamente a la Justicia, sin
ningún tipo de discusión.
Independencia institucional: el órgano justicial debe
ser, en cuanto a institución, totalmente independiente del Estado.
Esto supone, principalmente, la desaparición completa del Ministerio
de Justicia. Cada Colegio de Justicia a su nivel local y técnico,
y la Confederación de Colegios a nivel de conjunto, deben ser los
únicos con capacidad real de decisión y sanción, dentro
el marco de la legislación establecida.
Independencia organizativa: fundamentada en las dos independencias
anteriores, la Justicia puede llegar a ser realmente autogestionada, con
plena libertad de organización y decisión en todos los ámbitos
y aspectos de su labor específica: gestión, nombramientos,
promoción, estudios, deontología, elección de órganos
superiores, etc.
Cuando el Gobierno paga, nombra y vigila no puede existir una verdadera
independencia, ni en el terreno personal, ni en el de las instituciones.
4. Socialización de la información analítico-estadística.
Una segunda medida política, imprescindible para asegurar el
uso democrático de la factura-cheque telemática, es
la socialización de la red monetaria telemática y de toda
la información analítico-estadística obtenida a través
de ella. Esta medida es la única garantía eficaz para poder
asegurar que toda esta información, tan importante, sobre las dimensiones
monetarias del mercado y de la sociedad, no sea monopolizada por grupos
de poder, fácticos u oficiales, en su propio beneficio y en contra
de la población.
La información es hoy el elemento decisivo a la hora de actuar
con eficacia e inteligencia.
Los banqueros, por ejemplo, han ejercido eficazmente desde muy antiguo
su profesión, gracias al hecho de que poseen una buena información
sobre las necesidades del mercado en cada momento. Esta información
les permite maximizar sus beneficios y ofrecer buenos negocios a sus clientes.
Pero la información asequible a cada banco y banquero tiene el gravísimo
inconveniente de ser muy parcial y subjetiva, ya que es solamente sectorial
en función de las características profesionales de sus clientes,
que siempre son pocos en comparación con el censo total de habitantes.
Si el cliente logra hacer un buen negocio, el banco lo hace buenísimo,
puesto que éste sólo ha puesto su inteligencia y su información,
mientras que el cliente ha puesto su dinero -propio o prestado por el banco-,
su espíritu de empresa, su trabajo y el de sus colaboradores.
También se dice que «saber es poder»: quien tiene
la información puede utilizarla para obtener su beneficio aprovechándose
de los que no la poseen. Casi siempre que una información es mantenida
en secreto -esóterica, oculta, reservada a una minoría-,
este saber degenera en poder sobre y contra las personas.
Los sistemas actuales de poder a través de la información
son muy sofisticados, porque pueden servirse de las tecnologías
de la información. En muchos Estados tecnológicamente avanzados
se están poniendo a punto sistemas telemáticos de identificación
y de control policíaco de la población. La información
monetaria está monopolizada por los bancos, aunque cada uno sólo
sabe lo que hace referencia a sus propios clientes. El pago electrónico
se irá extendiendo cada vez más y también la información
sobre las actividades monetarias de sus clientes será cada vez más
completa por parte de los Bancos.
Ante esta situación, hay que plantearse con claridad las diferentes
posibilidades de acción:
-
o bien dejamos que las cosas sigan como están, unos pocos acumulando
información y la mayoría desinformada;
-
o bien renunciamos a la monética: dada la irreversibilidad
del fenómeno es prácticamente imposible y, además,
significaría renunciar a un progreso técnico evidente;
-
o bien radicalizamos la situación, dándole una configuración
totalmente nueva: un sistema monetario plenamente informativo, pero que
ponga a disposición de todo el cuerpo social la información
así obtenida, excepto los datos personales que quedan protegidos
por la Justicia.
Esta última puede parecer la más inteligente de las tres
alternativas. Así, la información proporcionada por la red
monetaria telemática debe ser custodiada, en todo aquello que sean
referencias personales, por una Justicia independiente del Estado y de
cualquier poder de hecho o de «derecho».
Pero la integración centralizada de las facturas-cheque,
una vez vacías de referencias personales, da lugar a una analitica-estadistica
sectorial y global de toda la sociedad geopolítica, que puede ser
fácilmente socializada: es decir, puesta a disposición de
toda la población, en todas sus categorías sociales y niveles
de cultura.
Esta socialización de toda la red monetaria telemática
y de toda la información por ella proporcionada, implica, en el
proyecto que aquí se presenta:
-
La libre propiedad e iniciativa privada en la producción del equipo
técnico, tanto en lo que se refiere a máquinas como en lo
que se refiere a programas.
-
La compra de todo el equipo necesario para la instalación de la
red y su mantenimiento, así como el pago de los salarios de todos
los miembros de los equipos técnicos informáticos, íntegramente
a cargo del Tesoro de la sociedad geopolítica.
-
y el libre acceso gratuito, para cualquier miembro de la sociedad -individual
o colectivo- a cualquier información analítica o estadística,
sectorial o global, producida por la red monetaria telemática, siempre
exenta de referencias personales.
De este modo, la red monetaria telemática puede convertirse en un
auténtico patrimonio comunitario, puesto a la entera, libre y gratuita
disposición:
-
De toda la población en general: ciudadanos libres que deseen
estar continuamente informados sobre la evolución de las magnitudes
macro-utilitarias de su comarca, municipio, barrio, etc.
-
De todos los agentes utilitarios: tanto los productores como los
consumidores, pero muy especialmente los primeros, que podrán así
actuar en el mercado con mayor conocimiento de causa y, por tanto, con
mayor eficacia.
-
De todos los investigadores del mercado: contarán con una
información métrica de gran calidad, indispensable para poder
contrastar experimentalmente sus modelos, hasta ahora exclusivamente teóricos.
-
Y del Estado: el cual, como gerente de la sociedad geopolítica,
contará así con un instrumento privilegiado para dirigir
y contrastar su acción legislativa y ejecutiva.
La democratización y popularización de toda esta información
es también fácil de organizar, a través de diversos
sistemas: pantallas telemáticas en edificios públicos, cabinas
especiales de consulta, la pantalla del televisor doméstico... Las
pantallas pueden servir la información en forma de gráficos,
de imágenes sintéticas que jueguen con formas y colores de
tal manera que resulte una popularización asequible a cualquier
nivel de cultura ya cualquier televidente que utilice la pantalla de su
televisor.
5. Sugerencias legislativas sobre la transición monetaria.
La proposición teórica de un cambio de sistema monetario
ha de acompañarse, si quiere ser viable, de un estudio completo
y objetivo sobre la forma de llevar a término este cambio.
No es este el lugar para realizar este estudio, pero sí que conviene
dar algunas sugerencias sobre la forma en que podría darse el paso
desde el régimen actual de moneda anónima a un régimen
en el que la factura-cheque telemática fuese el único
instrumento monetario legal.
La primera acción de cualquier Estado que quiera adoptar la factura-cheque
como único instrumento monetario legal debe ser la supresión
radical de todos los instrumentos monetarios vigentes. Será
necesario dar, por ley, un plazo para su conversión en unidades
monetarias inscritas en una cuenta corriente bien personalizada.
Inmediatamente deberá ser obligatoria por ley la utilización
exclusiva de la factura-cheque en toda transacción de mercado.
Ninguna
mercancía podrá cambiar de manos sin la correspondiente factura-cheque;
e inversamente, ninguna factura-cheque podrá ser emitida sin
la correspondiente transacción de mercancía: ésta
es la regla fundamental de toda la nueva legislación monetaria.
Las consecuencias prácticas de esta regla son múltiples e
importantes. Para poner algunos ejemplos: ninguna mercancía que
no sea legal, que no figure en el arancel de mercancías, podrá
ser comprada ni vendida a través de la factura-cheque, ya que esta
comporta obligatoriamente el número arancelario de la mercancía
intercambiada; los regalos de objetos valiosos, o de dinero, serán
materialmente imposibles, ya que la factura-cheque identifica al propietario
real y legal de cada uno de los objetos comprados1.
Ahora bien, probablemente esta ruptura no podrá ser realizada
de forma instantánea, ya sea por falta de parque informático
suficiente, ya sea por desconocimiento de los mecanismos por parte de los
usuarios. De modo que la ley tendrá que prever un sistema de transformación
progresiva, atendiendo a las posibilidades de cada sector de población
considerado.
Hay que prever, fundamentalmente, dos casos:
a. Las empresas. Respecto a las empresas no se podrá hacer,
desde el principio, ninguna excepción, ya que ellas están
técnicamente preparadas para el uso de la factura-cheque.
Cualquier empresario -por individual o analfabeto que sea- debe ser considerado
como una unidad de producción, es decir, como una empresa. Por tanto,
en sus compras de factores de producción a otras empresas
tendrá que utilizar obligatoriamente la factura-cheque interempresarial.
Para solventar los problemas que puedan presentarse en el caso de productores
faltos de capacidad o muy aislados, se tendrá que organizar por
ley unos servicios comarcales de ayuda, a cargo de la confederación
local de Bancos de Negocios o Cajas de Ahorros.
b. Los consumidores. Para los consumidores que, por razones culturales
o por prejuicios del tipo que sea, no puedan o quieran, de momento, adherirse
al pago por factura-cheque, puede establecerse un sistema de transición
progresiva.
En una primera etapa, se dejarán en circulación «billetes
al portador» de un máximo, por ejemplo, de 25 unidades monetarias
y con un límite de retirada de la cuenta corriente de, por ejemplo,
1.000 unidades monetarias diarias.
Paralelamente, se irá potenciando el uso de la factura-cheque
de consumo a través de, por ejemplo:
-
el establecimiento de una lotería gratuita en toda la sociedad geopolítica,
basada en el número de neutralización de cada factura-cheque
de consumo;
-
el otorgamiento de facilidades para créditos a todos los
comercios e industrias minoristas para la instalación de aparatos
facturadores cada vez más simplificados y más interconectados,
de uso fácil y cómodo tanto para el vendedor como para el
comprador, a través de sencillas tarjetas de cuenta corriente.
En una segunda etapa, cuando la anterior ya esté bastante avanzada,
se retirarán totalmente los «billetes al portador».
Únicamente para los más recalcitrantes se podrá vender,
diariamente y solamente en el Ayuntamiento de cada barrio o municipio,
unos talonarios de, por ejemplo, 1.000 billetes en unidades monetarias
y que nada más tendrán un día de validez. Estos talonarios
se adquirirán contra una factura-cheque sobre la cuenta corriente
del interesado; los billetes no utilizados serán cambiados al día
siguiente en el Ayuntamiento. Los billetes utilizados serán remitidos
a su Banco de Negocios por el comerciante o el industrial minorista quien
los habrá neutralizado instantáneamente, según ley,
con su propio sello-tampón.
6. Equipos y equipamientos telemáticos.
Otro aspecto muy interesante a la hora de llevar a la práctica
el sistema monetario propuesto, es el de los equipos humanos y equipamientos
materiales de que necesariamente debe dotarse tal sistema.
Efectivamente, un sistema monetario telemático supone la instalación
de una red monetaria completa en los niveles citados en el capítulo
6: nivel de centros facturadores; nivel de centros contables; nivel
de centro geopolítico y nivel de centro geojusticial. Supone también
la existencia de unos equipos de especialistas eficientes que trabajen
en la elaboración y mejora de los programas de análisis y
estadística monetaria.
La ley tendrá que prever, pues, un plan coherente y viable para
la formación de dichos equipamientos técnicos y equipos humanos.
a. Equipamientos materiales. De la misma manera que la información
analítica-estadística sobre el mercado, las instalaciones
telemáticas deben ser, a la larga, socializadas como un patrimonio
comunitario de toda la sociedad geopolítica.
Pero el problema práctico que se plantea en primer lugar es el
de la constitución inicial de una red suficiente para llevar a término
el sistema monetario telemático.
Una solución de emergencia, caso de no disponer de recursos suficientes
para montar una red nueva completa, podría ser la de alquilar todas
las instalaciones telemáticas adecuadas, ya existentes en la sociedad
geopolítica considerada. Estas instalaciones podrían alquilarse
en los intervalos libres, a precio de mercado libre y con opción
de compra final.
b. Equipos humanos. Los equipos humanos encargados de elaborar
y perfeccionar continuamente los programas monetarios deberán ser
financiados por el Tesoro de la sociedad geopolítica. Tendrán
que estar suficientemente remunerados para que se pueda competir con la
iniciativa privada en cuanto al grado de calificación personal profesional.
Una cuestión muy importante que se debe prever, es la necesaria
triplificación
del centro monetario telemático geopolítico y del centro
monetario geojusticial2.
Efectivamente, para garantizar la fiabilidad del sistema, tanto la Justicia
(documentación completa) como el Estado (documentación exclusivamente
mercantil) deben, cada uno de ellos por separado y en vistas a ser confrontado,
realizar su autopilotaje de mercado y sociedad con tres sistemas
telemáticos diferentes y tres equipos humanos totalmente
independientes. Este objetivo se podrá ir alcanzando a medida de
que se disponga de los medios financieros suficientes.
7. Simplificación fiscal.
A pesar de que este tema será tratado con más detalle
en el capítulo 11, merece la pena señalar
aquí que una de las posibilidades políticas de más
importancia que aporta la factura-cheque telemática es la de una
gran reforma fiscal.
De hecho, el temor al fisco puede ser, precisamente, uno de los motivos
que creen más rechazo hacia la proposición aquí presentada:
es evidente que con un sistema monetario telemático plenamente informativo,
la evasión y el fraude fiscal son materialmente imposibles y, de
este modo, el Estado puede convertirse en un amo despótico.
La propuesta política, por tanto, debe resultar atractiva para
todo el mundo, evitando el rechazo de la mayoría. Desde esta perspectiva
es viable la opción siguiente, que se detallará en el capítulo
11:
-
Simplificación fiscal: instauración de un único
impuesto, consistente en un tanto por ciento fijo -variable cada año
según las necesidades presupuestarias a cubrir- que tendrá
que pagar siempre el cliente sobre todas y cada una de las facturas-cheque
emitidas por él.
-
Reducción impositiva: tendencia a la minimización
progresiva del tanto por ciento impositivo en función, tanto
de la imposibilidad del fraude (que ocasiona un reparto mucho más
equitativo de la carga fiscal), como del surgimiento de otras fuentes alternativas
del crédito y financiamiento comunitario (ver capítulo
10).
Nota:
1Se
deberá crear una institución especializada que estudie las
peticiones de donaciones de valores materiales o monetarios y conceda,
razonadamente o no, la posibilidad de realización y legalización
de la donación.
2La
triple red telemática de mutuo autocontrol es habitual en todo pilotaje
automático moderno de barco o de avión.
La red número 1, la más moderna, da las órdenes,
excepto si existe una contradicción flagrante con los parámetros
manejados por las otras dos redes. En este caso, la red número 2
toma el relevo autocontrolada por la red número 3, etc. Este mecanismo
da tiempo de revisar y arreglar la red número 1. Como las tres redes
son de construcciones distintas (hardware) y sus «logiciales»
(software) han sido fruto intelectual inerte de distintos equipos
de analistas-programadores, es prácticamente imposible a nadie,
incluso a un supertécnico, incidir sincrónicamente
en los 3 procesos.
Este sistema impide manipular datos a cualquiera, incluso al que «gobierna
las cosas y manda a las personas» que prefiere no implantarlo para
poder actuar libremente, aunque esto comporte «estafas» de
sus subordinados.
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