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Lluís Maria Xirinacs.
Artículos publicados en el diario Avui, cuando Lluís Maria Xirinacs era senador independiente en las Cortes Constituyentes españolas, entre los años 1977 y 1979, traducidos al castellano.
Lluís Maria Xirinacs.
Artículos publicados en el rotativo Mundo Diario, cuando Lluís Maria Xirinacs era senador independiente en las Cortes Constituyentes españolas, entre los años 1977 y 1979.
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Publicaciones:
Lluís Maria Xirinacs.
Agustí Chalaux de Subirà, Brauli Tamarit Tamarit.
Agustí Chalaux de Subirà.
Agustí Chalaux de Subirà.
Agustí Chalaux de Subirà.
Magdalena Grau Figueras,
Agustí Chalaux de Subirà.
Martí Olivella.
Magdalena Grau,
Agustí Chalaux.
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Capítulo 11. Estrategia fiscal.
- Objetivos de este capítulo.
- Un único impuesto para constituir la masa monetaria de
solidaridad social.
- Ventajas para la recaudación.
- Ventajas para el contribuyente.
- Impuesto progresivo sobre el consumo y de mayor simplicidad
que el I.V.A.
- Transitoriedad de las medidas impositivas.
1. Objetivos de este capítulo.
En el capítulo anterior se ha descrito
una estrategia para el equilibrio del mercado interior, basada en la invención
comunitaria de dinero en función de los excedentes de producción
inversiva y de consumo. Los llamábamos, bien común mercantil.
Esta estrategia hace posible, no sólo el equilibrio del mercado,
sino también la cuantificación de la masa monetaria comunitaria
(créditos y finanzas) que ha de servir para realizar el gasto público,
es decir, para financiar todas aquellas actividades que la sociedad geopolítica
asume como incumbencia suya, y no de iniciativa privada (los llamados servicios
públicos).
Dejando de lado la invención de dinero -practicada por todos
los Estados modernos a través de sus Bancos Centrales-, el otro
procedimiento clásico para la constitución de una masa monetaria
comunitaria es el de la fiscalidad.
Durante el período inicial necesario para comprobar si la estrategia
racional de la invención política de dinero comunitario es
suficiente para las atenciones comunitarias propias de la sociedad geopolítica,
hay que extremar la prudencia estratégica del mercado. Por eso,
y con el objeto de superar toda eventual infirmación experimental
de la hipótesis o insuficiencia real de los excedentes de producción
inversiva y de producción consuntiva, la ley puede prever el recurso
a la fiscalidad.
La factura-cheque, que nos permite una estrategia racional para la invención
de dinero, también puede convertirse en el instrumento de una drástica
simplificación y racionalización fiscal, tal como se intentará
demostrar en este capítulo.
2. Un único impuesto para constituir la masa monetaria
de solidaridad social.
Los sistemas fiscales actuales son absurdamente complicados para el
contribuyente y costosísimos para los diferentes entes recaudadores,
debido al gran número de funcionarios que se necesita para su cobro
e inspección.
Esta situación puede ser fácilmente superada gracias a
la factura-cheque, ya que ésta permite aplicar un impuesto único,
fijado en un tanto por ciento determinado por ley, sobre el total de cada
una de las facturas-cheque emitidas en la sociedad geopolítica,
a pagar siempre por el cliente.
La simplificación que este sistema representa es enorme: hay
un impuesto único, igual para todo el mundo, que está en
función directa del gasto de cada uno; hay un único ente
regulador: la sociedad geopolítica; y el cobro es automático,
ya que toda factura-cheque emitida comporta automáticamente el abono
del impuesto, lo cual elimina cualquier tipo de burocracia recaudadora.
La masa monetaria obtenida a través de este único impuesto
sería redistribuida equitativa y solidariamente al sector crediticio-inversor
y al sector financiero-consumidor, según los diferentes estatutos
que trataremos en el próximo capítulo.
3. Ventajas para la recaudación.
Las dos ventajas principales de cara a simplificar la recaudación
del impuesto son las siguientes:
-
Automatismo y simplicidad de cálculo: sólo hay que obtener
el tanto por ciento legislado sobre el total de cada factura-cheque. Toda
discusión con inspectores sobra. Esto abarata enormemente los costos
de recaudación, ya que todos los cuerpos de funcionarios especializados
desaparecen.
-
Automatismo de recaudación: el tanto por ciento legislado tendrá
que ser inscrito obligatoriamente en cada factura-cheque, de manera que
será automáticamente pagado junto con ella. El control del
cumplimiento de este requisito lo efectúa la misma red telemática,
lo que hace casi imposible el engaño o el fraude fiscal. Finalmente,
los mismos establecimientos contables pueden descontar de cada factura
por ellos gestionada, el tanto por ciento indicado y transferirlo directamente
a una cuenta corriente del Tesoro. A cambio de este servicio, los establecimientos
contables recibirán una comisión pactada entre su confederación
y las autoridades monetarias. Este sería el único gasto originario
por la recaudación del impuesto único1.
4. Ventajas para el contribuyente.
La ventaja principal de un único impuesto como el propuesto,
desde el punto de vista del contribuyente, es que le facilita enormemente
el cumplimiento de sus obligaciones fiscales. El consumidor ya no tendrá
que preocuparse nunca más de los impuestos ya cada factura-cheque
firmada comportará automáticamente el pago del tanto por
ciento correspondiente al impuesto.
Por su lado, el empresario podrá calcular anticipadamente, en
cada ejercicio, el total de los impuestos a pagar sobre sus compras de
materias primas, de bienes de equipo o de factores de producción
(trabajo, capital, equipo empresarial, invento) y podrá, en consecuencia,
cargar este gasto sobre su precio de coste.
Es evidente que los trabajadores, en su faceta de agentes de producción,
no pagan ningún impuesto: es el empresario quien compra su trabajo
y, en tanto que cliente, es él quien paga el impuesto. El trabajador
sólo pagará impuestos en tanto que cliente-consumidor.
Probablemente, este impuesto resultará para el contribuyente
mucho más barato que el conjunto de diversos impuestos que paga
actualmente.
El tanto por ciento no será muy elevado, si consideramos que
toda
factura-cheque comporta el pago del impuesto y elimina, por lo tanto, el
fraude fiscal actual. La obligatoriedad de la factura-cheque suprime de
raíz, como es fácilmente comprensible, toda economía
sumergida: así, el rendimiento del impuesto sería directamente
proporcional al volumen real total del mercado de la sociedad geopolítica.
5. Impuesto progresivo sobre el consumo y de mayor simplicidad
que el I.V.A.
Tal como se pone de manifiesto en el párrafo anterior el impuesto
único de solidaridad social es proporcional al volumen real
de la compra consignada en cada factura-cheque. Por su misma naturaleza
es, pues, progresivo para quien compra más y, en particular, en
el área del consumo: el consumidor que gasta mucho paga más
que el consumidor que hace menos gasto2.
La ventaja del impuesto único de solidaridad social en relación
al impuesto sobre el valor añadido (I.V.A.) es que el primero no
permite interpretaciones de la ley fiscal ni discusiones sobre su aplicación,
mientras que toda ley referente al I.V.A. es susceptible de interpretaciones
y discusiones que exigen una burocracia (auténtica «burrocracia»)
que efectúe una labor de inspección y árbitro.
En cuanto a la equidad entre los dos tipos de impuesto, hay que decir
que, en los dos casos, el que paga es el cliente y el mercado en general,
no la empresa. Pero debido a lo que hemos dicho sobre las interpretaciones
de la aplicación del I.V.A., las empresas poderosas tienen más
medios de discutir y complicar su aplicación y, como consecuencia,
salir más beneficiadas que las empresas normales: éstas son
las únicas que interesan en el mercado libre y responsable que se
propone.
La masa monetaria recaudada por medio del impuesto único de solidaridad
social es, en definitiva, redistribuida en forma de finanzas y créditos.
6. Transitoriedad de las medidas impositivas.
El impuesto único para la obtención de la masa monetaria
de solidaridad social comporta la supresión de todos los otros impuestos
(del Estado, de las Autonomías, de los municipios...). Sólo
será establecido, mantenido y, eventualmente, aumentado, reducido,
suprimido o reestablecido, cuando sea necesario por prudencia política
tal como se ha dicho en el inicio del presente capítulo o bien cuando
la omnicontabilidad, estadísticamente exacta, de toda la sociedad
geopolítica demuestre que, en la práctica, la invención
política de dinero comunitario solvente, en función de los
excedentes de producción real, no es suficiente para la política
económica democrática escogida.
En resumen:
La prudencia política aconseja «arropar» la hipótesis
del bien común mercantil bajo la forma de excedentes de producción
inversiva-crediticia y de producción consuntiva-financiera con las
medidas siguientes:
-
una fiscalidad simple y eficaz;
-
la socialización de los saldos positivos diarios de las libres cuentas
corrientes a la vista.
Si la hipótesis del bien común se va confirmando experimentalmente,
se podrá reducir; en consecuencia práctica, el tanto por
ciento del impuesto sobre el montante de cada factura-cheque.
Notas:
1Hay
que estudiar y legislar un sistema gremial que evite la competencia desleal
de las empresas verticales -formadas por múltiples secciones productivas
especializadas en un mismo producto final- en relación a las empresas
horizontales mucho más especializadas y clientes entre ellas, competencia
originada por el hecho de que las primeras tendrían menos cargas
fiscales que las segundas.
2la
acumulación de los impuestos sucesivos que presiona sobre el precio
final:
-
no tiene importancia en el mercado interior, ya que la fiscalidad propuesta
tiene por finalidad la redistribución equitativa de la Renta Nacional
Básica (RNB).
-
en cuanto al comercio exterior, nada más fácil que, en caso
necesario, se haga la bonificación correspondiente al coste fiscal
excesivo.
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