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Lluís Maria Xirinacs.
Artículos publicados en el diario Avui, cuando Lluís Maria Xirinacs era senador independiente en las Cortes Constituyentes españolas, entre los años 1977 y 1979, traducidos al castellano.
Lluís Maria Xirinacs.
Artículos publicados en el rotativo Mundo Diario, cuando Lluís Maria Xirinacs era senador independiente en las Cortes Constituyentes españolas, entre los años 1977 y 1979.
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Publicaciones:
Lluís Maria Xirinacs.
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Agustí Chalaux de Subirà.
Agustí Chalaux de Subirà.
Agustí Chalaux de Subirà.
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Agustí Chalaux de Subirà.
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Magdalena Grau,
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Capítulo 10. La sociedad total y su composición.
- Personas.
- Imperio.
- Sociedad utilitaria y sociedad liberal.
Dedicamos este capítulo a la fijación y definición
de los términos técnicos que utilizaremos muy a menudo en
esta Tercera Parte.
Se trata de términos referentes a la sociedad concreta, viviente
y a hechos sociales concretos, vividos. Nuestra perspectiva a la hora de
definirlos, es una perspectiva de realidades concretas, -y ya no una perspectiva
de realidades abstractas-monetarias-, desde la cual hemos hecho las definiciones
de la Primera Parte.
El fenómeno concreto y viviente que nos interesa y que consideraremos
como unidad de estudio, es la total comunidad geopolítica. Pero
esta unidad es al mismo tiempo un conjunto muy complejo compuesto de diferentes
unidades sociales subconjuntas.
1. Personas.
Si buscamos el elemento irreductible de que se compone un complejo social,
nos encontramos con la persona.
Todo grupo humano y por tanto, toda comunidad geopolítica, está
formado por personas. Entendemos por persona, «ser animal
-es decir psicosomático- dotado de espíritu transcendente».
La persona no está totalmente determinada -ni ambiental, ni genética
ni socialmente-, sino que es capaz de lanzarse libremente hacia un mas
allá de su realidad determinada. Es esta posibilidad de libertad
mas allá del determinismo que llamamos espíritu transcendente
y que diferencia radicalmente una persona de otro animal cualquiera.
Es un error muy extendido el considerar como personas, únicamente
los hombres y mujeres individuales. La simple observación de la
realidad actual y la consideración histórica de las realidades
pasadas, nos muestran que, al menos, existen personas de tres tipos.
Hay en primer lugar las personas nacionales-comunitarias o naciones:
una nación no es sino un grupo de nacimiento, según la explicación
etimológica. La persona nacional tiene pues un origen instintivo-genético,
pero ya está dotada de espíritu, de consciencia de ella misma.
Es, precisamente, la primera persona que, en el transcurso de los tiempos
y de la evolución humana, tomó conciencia de serlo.
En segundo lugar hay las personas sociales-colectivas: estas
aparecen y toman conciencia de si mismas en el seno de personas nacionales
y se forman por libres afinidades y elección entre individuos.
Finalmente, hay las personas individuales-mortales, que hoy en
día son las mas evidentes e incluso las mas concienzadas de su esencia
de su esencia de personas. Sin embargo, son las que mas recientemente han
aparecido en la historia de la humanidad. La consciencia individual es
una adquisición que probablemente está ligada al desarrollo
de las estructuras sociales-colectivas conocidas como civilizaciones.
A fin de aclarar mas esta distinción entre diferentes clases
de personas, podemos proponer los siguientes ejemplos: son personas nacionales
todos los grupos de nacimiento, es decir, de reproducción, entre
los hombres: el grupo sexual-nutridor (es decir: uno o mas machos, una
o mas mujeres y sus hijos; actualmente el grupo sexual nutridor toma la
forma llamada familia); la etnia (es decir el conjunto de todos los individuos
genéticamente emparentados que, además, comparten unas mismas
costumbres y cultura, eventualmente una misma lengua); son personas sociales-colectivas
todos los grupos formados por libre elección: un club de jugadores
de ajedrez; un partido político...
2. Imperio.
La sociedad total o comunidad geopolítica es también,
en si misma, una persona. Es una persona social-colectiva, originada históricamente
por la necesidad de protección y defensa en un clima permanentemente
bélico. Las primeras comunidades geopolíticas son las primeras
ciudades, las primeras polis: diversas etnias se reunían
en ellas para vivir:
-
geográficamente, en un espacio ciudadano dado;
-
políticamente, gobernadas por un único órgano de mando
(que mas tarde se convertiría en el Estado), que actuaba como gerente
de la total colectividad.
-
justicialmente, protegidas por un único organismo pacificador (que
mas adelante se convertiría en La Justicia), bien diferenciado y
separado del órgano de gobierno.
Y llegamos de esta manera, con toda naturalidad, al concepto de imperio.
Esta palabra proviene del latín imperium, y esta del verbo
imperare,
el cual se compone de in + parare. Parare significaba, en
primer lugar, «preparar, hacer preparativos»; y imperare
significaba, propiamente, «tomar medidas, hacer preparativos para
que una cosa se haga». Por esto, el significado en su origen de la
palabra «imperio» es el de «colectividad que se prepara,
que se organiza, que toma medidas de organización interior y de
defensa exterior», -aunque mas tarde el sentido de
imperare
haya evolucionado hacia «mandar, comandar»-.
Nosotros, pues, prescindiremos de cualquier prejuicio ideológico
y utilizaremos la palabra «imperio», en el sentido etimológico
indicado, como sinónimo de la expresión «comunidad
geopolítica». Queremos desterrar todas las connotaciones peyorativas
de la palabra y utilizarla simplemente en su acepción anteriormente
definida.
El imperio se origina, como hemos dicho, por la necesidad de protección
y de defensa. Con esta finalidad, diferentes etnias se agrupan libremente
en un imperio, en una comunidad geopolítica. Por esto, el concepto
fundamental que explica el imperio es el de pacto libre de federación,
en sus dos vertientes: federación en un núcleo único
y compacto para afrontar los peligros exteriores (o uniextrafederación)
y libre confederación en el interior, para la organización
libre de cada etnia y de las relaciones entre ellas (o multiintraconfederación).
La persona nacida de este libre pacto es una persona social-colectiva,
compuesta de múltiples personas comunitarias -las etnias federadas
en el imperio-.
Las dos instituciones imperiales encargadas de alcanzar los objetivos
del imperio son el órgano político y el órgano de
justicia. En ellos la colectividad delega su autoridad y a ellos confía
la tarea del mando, pero dentro de unos límites muy precisos. Fuera
de estos límites, cada etnia puede organizar libremente sus actividades
y sus instituciones cívicas, con total autonomía.
Si, a lo largo del tiempo, el órgano político y el órgano
de justicia se muestran fiel y eficazmente protectores de la persona imperial-colectiva,
puede ocurrir, entonces, que ésta, lentamente, se vaya constituyendo
en persona comunitaria, en nación, en etnia de ámbito superior
a las etnias que primitivamente la constituían, superponiéndose
y acumulándose a ellas, sin, por ello, destruirlas.
Esta es la noble misión y vocación de todo imperio. Nos
es preciso, pues, evitar la confusión entre imperio e imperialismo.
Aquello que en un imperio es protección eficaz de todos sus miembros
y búsqueda de una futura nacionalización, en un imperialismo,
desviación y degeneración del imperio, es explotación
de la mayoría en beneficio de una minoría y con la complicidad
de los órganos políticos y de justicia, corrompidos por el
vicio del poder.
3. Sociedad utilitaria y sociedad liberal.
Entramos ahora en la explicación de una distinción que
es muy importante en nuestra concepción de la sociedad. Se trata
de la distinción entre sociedad utilitaria y sociedad liberal.
La sociedad utilitaria14.
En esta Tercera Parte, entendemos por sociedad utilitaria, el
conjunto formado por:
-
todas las personas privadas -sean individuales o colectivas- que, con actitud
interesada y egoísta, buscando su propio beneficio, se dedican a
la producción de bienes utilitarios o al consumo de bienes utilitarios.
A estas personas las llamamos fuerzas personales productivas o/y consumidoras,
o bien agentes de producción o/y de consumo;
-
todas las mercaderías concretas intercambiadas (ya sean mercaderías
producidas o mercaderías productoras; ver la página 16);
-
y todas las interrelaciones monetarias entre estas personas y referentes
a estas mercaderías: eso es, relaciones de venta por parte de unos
(proveedores) y de compra por parte de otros (clientes), se trate de mercaderías
producidas o productoras.
La sociedad utilitaria se denomina también mercado: ya hemos dado
su definición mas estricta y operativa, como «conjunto de
todos los libres cambios monetarios elementales» (ver página
80); pero, para las necesidades de esta Tercera Parte, no nos interesa
la definición estricta, sino la amplia que acabamos de desarrollar.
La sociedad liberal.
Entendemos por sociedad liberal, el conjunto formado por:
-
todas las personas privadas -sean individuales o colectivas- que, con actitud
altruista y desinteresada, sin buscar su propio interés, se dedican
al servicio de todos los miembros de la sociedad, sin excepción;
-
todos los servicios prestados por estas personas, a través de la
relación y la comunicación interpersonal;
-
y todas las remuneraciones que, en justicia, la comunidad geopolítica
acuerde entregarles para que puedan vivir dignamente y desarrollar su vocación
con plenitud de medios técnicos a su alcance.
Las vocaciones, actividades, profesiones, instituciones... utilitarias
y liberales se diferencian radicalmente por lo que respecta a sus motivaciones
y objetivos; pero son tan nobles, legítimas y necesarias a la sociedad,
las unas como las otras.
Del reconocimiento de su radical diferenciación, se derivan importantes
consecuencias: la principal, es que hay que impedir a toda costa la mercantilización
de la sociedad liberal. De los mecanismos concretos que han de evitar esta
situación, tan corriente en nuestros días, de confusión
entre utilitario y liberal, nos ocuparemos con detalle mas
adelante.
Nota:
14 En
el capítulo 1 hemos dado la definición
de bienes utilitarios y de utilitarismo.
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