El Sistema General propuesto por el equipo encabezado por Agustí Chalaux y Lluís Maria Xirinacs se basa fundamentalmente en la abolición del dinero anónimo de monedas y billetes, y el establecimiento de un sistema monetario completamente telemático, a fin de hacer frente a la corrupción, y poder acabar con la miseria material ofreciendo una renta básica para cada persona.
Algunas voces críticas a esta propuesta nos advierten que un sistema así puede depositar en manos de la banca un poder excesivo que podría hacer que las personas que disienten del sistema podrían verse privadas arbitrariamente de su capacidad de compra y quedar desarmadas ante la plutocracia, o gobierno de los ricos en la sombra.
Hay que aclarar que el Sistema General fue diseñado originariamente con unas garantías añadidas que recordamos aquí.
La primera y la más importante, es que las redes monetarias telemáticas y sus técnicos deben ser debidamente nacionalizados y someterse al control de una justicia verdaderamente independiente de los ejecutivos y legislativos del Estado. Esta justicia debe disponer de suficiencia presupuestaria, para que no sea estrangulada económicamente por un gobierno y un parlamento con unos presupuestos avaros. Por ejemplo, determinando que un porcentaje fijo pero suficiente de los presupuestos ordinarios y extraordinarios del Estado se destine a la administración de justicia.
Los jueces con un buen sueldo, y con los recursos humanos y materiales necesarios para poder hacer bien su trabajo pueden vencer mejor así la tentación del soborno.
Una justicia renovada.
Agustí Chalaux dice que si se quiere que la justicia esté al servicio del pueblo hay que reformarla desde dentro, haciendo que las mismas personas que aspiren a este objetivo estudien la carrera judicial. Por otra parte, Chalaux rechaza el procedimiento de examinación basado en oposiciones memorísticas y propone un sistema de pasantías para que nuevos jueces aprendices aspiren a la carrera judicial.
Por ello, la propuesta de Sistema General incluye que los abogados con diez años de ejercicio y los notarios con cinco pueden entrar en la carrera judicial como pasantes o jueces aprendices de un juez titular, el cual, después de un período de prueba, determinará en su momento la aceptación o el rechazo del candidato. El aspirante rechazado por primera vez puede solicitar ser pasante de otro juez, el cual será finalmente quien acepte o deniegue definitivamente la ascensión a juez de la persona candidata, una vez pasado un tiempo suficiente de aprendizaje. La aceptación en la carrera judicial de un juez aprendiz se hará bajo la responsabilidad del juez titular que lo acepte.
Con el establecimiento de una red extensa de juzgados distribuida por todo el territorio, los diferentes conflictos que nacen en el seno de la sociedad y que tienen repercusión judicial pueden resolverse lo más rápidamente posible, manteniendo las necesarias garantías procesales para todas las partes, y disponiendo de pruebas jurídicas previas al inicio de la instrucción de cada proceso.
Estas medidas se pueden reivindicar y aplicar incluso antes de la abolición total del dinero anónimo, con el fin de asegurar que el Sistema General no acabe convirtiéndose en una tiranía telemática en manos de los políticos o de los banqueros.
Brauli Tamarit Tamarit.
Administrador del sitio web del Centro de Estudios Joan Bardina.
Martes, 25 de septiembre de 2018.
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