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Los «Cien pasos de una vía de humanidad» de Lluís Maria Xirinacs.
Dolors Marin Tuyà.
Artículos publicados en la revista Penedès Econòmic.

Al servicio de este pueblo.
Lluís Maria Xirinacs.
Artículos publicados en el diario Avui, cuando Lluís Maria Xirinacs era senador independiente en las Cortes Constituyentes españolas, entre los años 1977 y 1979, traducidos al castellano.

Diario de un senador.
Lluís Maria Xirinacs.
Artículos publicados en el rotativo Mundo Diario, cuando Lluís Maria Xirinacs era senador independiente en las Cortes Constituyentes españolas, entre los años 1977 y 1979.

Publicaciones:

Mundo alternativo.
Lluís Maria Xirinacs.

Pequeña historia de la moneda.
Agustí Chalaux de Subirà, Brauli Tamarit Tamarit.

El capitalismo comunitario.
Agustí Chalaux de Subirà.

Un instrumento para construir la paz.
Agustí Chalaux de Subirà.

Leyendas semíticas sobre la banca.
Agustí Chalaux de Subirà.

Ensayo sobre Moneda, Mercado y Sociedad.
Magdalena Grau Figueras,
Agustí Chalaux de Subirà.

El poder del dinero.
Martí Olivella.

Introducción al Sistema General.
Magdalena Grau,
Agustí Chalaux.

38 ideas fuerza para avanzar en una estrategia civil noviolenta que haga frente a usurpaciones de las instituciones o golpes de estado y a agresiones exteriores o ocupaciones territoriales.

Extracto de «Un Sistema Post-armas Militares. Basado en la Defensa Civil».

Gene Sharp. 1990.

Publicado por el Periódico de la Universidad de Princeton, Princeton, New Jersey, 08540.
En el Reino Unido: Periódico de la Universidad de Princeton, Oxford.

Extract From «Civilian-based defense. A Post-Military Weapons System».

Gene Sharp. 1990.

Published by Princeton University Press, Princeton, New Jersey, 08540.
In the United Kingdom: Princeton University Press, Oxford.

Cadena humana de la Vía Báltica del año 1989. Fuente: Wikipedia.Los países bálticos, –Lituania, Letonia y Estonia–, declararon su independencia en 1990 y tuvieron que afrontar en enero de 1991 un intento de agresión por parte de las autoridades soviéticas para recuperar el control. Durante esta crisis, los tres gobiernos dependieron en gran medida de los métodos de resistencia noviolenta que habían aprendido de los escritos de Gene Sharp. El ministro de Defensa de Lituania, Andreus Butkevicius en 1991 decía: «Nunca tendremos un ejército lo suficientemente fuerte como para defendernos de un agresor extranjero. Nuestro objetivo sólo puede ser el de derrotarlo moralmente, económicamente y políticamente, no físicamente». Y citando el libro de Gene Sharp, proclamó: «Prefiero tener este libro a una bomba atómica». La guerra per accions civils (La guerra por acciones civiles). Jean Marichez, Xavier Olagne, 1998.

38 ideas fuerza para avanzar en una estrategia civil noviolenta que haga frente a usurpaciones de las instituciones o golpes de estado y a agresiones exteriores o ocupaciones territoriales.

1. El objetivo es conseguir una política de defensa civil eficaz, no militar, contra golpes de estado u ocupaciones, capaz de disuadir y defenderse sin caer en los riesgos de la guerra, pero tampoco en los de la claudicación en nombre del pacifismo. El conflicto es inevitable y se necesita un sistema de defensa eficaz contra los usurpadores internos y los agresores externos. Hay un sistema eficaz que pueda cumplir dos misiones: disuadir y defender.

2. Primero, se trata de poder disuadir a los potenciales atacantes, mostrándoles que su acción les puede producir consecuencias muy costosas, entre las cuales la imposibilidad de conseguir sus objetivos. La disuasión no intrínsecamente ligada a los medios militares, y aún menos a la capacidad de armas nucleares. La disuasión puede tener lugar dentro del contexto de medios estrictamente violentos. La defensa civil noviolenta puede proporcionar disuasión en una situación concreta, y el grado en que lo haga, dependerá de la capacidad real de la sociedad para negar a los atacantes sus objetivos deseados y para imponer costes inaceptables (sola o en cooperación con otros) y la percepción de los atacantes en potencia sobre la capacidad de aquella sociedad para negarles los objetivos y para imponer los costes.

3. Segundo, si la disuasión fracasa, hay que poder asegurar una defensa eficaz, entendida como protección, preservación y supresión del peligro. Los medios empleados para defenderse deben ser capaces de neutralizar y poner fin al ataque, pero no deben destruir la sociedad que se defiende. La capacidad defensiva debe poder hacer que los atacantes desistan y se retiren, o derrotarlos y restablecer las condiciones previas de paz y de autonomía, así como el régimen constitucional elegido por la sociedad.

4. La mayoría de la gente y los gobiernos han creído que sólo los medios militares pueden impedir la agresión externa y defenderse contra ella. Para unos, los medios militares potentes constituyen la única opción realista ante las amenazas internacionales. Para otros, la idea pacifista que la guerra es, por sí misma, peor que cualquier otro mal político y que, por tanto, individuos y sociedades enteras deberían oponerse a y a negarse a participar en cualquier acción y preparativo militar.

5. Prácticamente nadie afirma que los medios militares sean perfectos ni niega que estén vinculados con problemas y peligros muy graves. Además, prácticamente nadie sostendría que los recursos militares siempre han alcanzado sus objetivos. Dejando de lado la devastación masiva, la derrota siempre es posible.

6. La defensa civil noviolenta es a cargo de la población civil (y no de personal militar) utilizando medios de lucha civiles (a diferencia de medios militares y paramilitares). Se trata de una política destinada a disuadir y derrotar tanto las invasiones y ocupaciones militares externas como las usurpaciones internas. Entre estas últimas se incluyen tanto las usurpaciones del ejecutivo como los más habituales golpes de estado, es decir, el acto de apoderarse del control físico y político del aparato del Estado, a menudo por parte de una élite política, militar o paramilitar de dentro o fuera del gobierno establecido.

7. La defensa civil noviolenta la ejercerá la población y sus instituciones sobre la base de una previa preparación, planificación y formación basadas en la investigación en resistencia noviolenta, en un análisis en profundidad del sistema político de los atacantes y en la investigación intensiva en resolución de problemas. El conocimiento de los requisitos para hacer estas formas de lucha noviolentas tan efectivas como se pueda y las ideas sobre las maneras de agravar los puntos débiles de los atacantes son los fundamentos para desarrollar estrategias exitosas de defensa civil noviolenta.

8. La defensa civil noviolenta se fundamenta en la teoría de que el poder político, ya sea de origen interno como externo, proviene de unas fuentes dentro de cada sociedad. Negando o cortando estas fuentes de poder, las poblaciones pueden controlar a los gobernantes y derrotar a los agresores externos. El grado, el alcance y la duración del poder de los gobernantes están determinados por, hasta qué punto los dirigentes tienen un acceso ilimitado a estas fuentes. La no-cooperación y el desafío masivo procurarán impedir que los atacantes establezcan un control efectivo sobre la sociedad que se defiende, evitando que los atacantes alcancen sus objetivos y destruyendo la confianza de los mandos y de las fuerzas armadas asaltantes.

9. El origen de la fuerza para la disuasión y la defensa civil noviolenta es entender que el poder político emana de la interacción de todas o algunas de estas fuentes:

  1. Autoridad –que la gente reconoce a los gobernantes–.
  2. Recursos humanos –el poder de los gobernantes depende del número de personas y grupos que le obedecen–.
  3. Aptitudes y conocimientos –el poder de los gobernantes depende de las aptitudes, los conocimientos y las capacidades de las personas y de los grupos que están dispuestos a colaborar–.
  4. Factores intangibles –los factores psicológicos e ideológicos, las emociones y las creencias, que apoyan a los dirigentes–.
  5. Recursos materiales –el control que los dirigentes tienen sobre los bienes, los recursos naturales, los recursos financieros, el sistema económico, los medios de comunicación y de transporte–.
  6. Sanciones. La última fuente de poder de los gobernantes es el tipo y el alcance de las sanciones (o los castigos) de que disponen.

10. Si, a pesar de la represión, se pueden restringir, retirar o cortar las fuentes de poder durante bastante tiempo, los efectos iniciales pueden ser de incertidumbre y desconcierto dentro del régimen. Es probable que esto vaya seguido por un debilitamiento perceptible del poder de los gobernantes. Con el tiempo, la consecuencia de retirar las fuentes de poder será la parálisis y la impotencia del régimen, o incluso en casos graves su desintegración. El poder de los gobernantes se morirá, poco a poco o rápidamente, de hambre política.

11. Las experiencias históricas de defensa civil noviolenta más relevantes, que en parte prosperaron a pesar de la improvisación y la falta de preparación previas, y que tuvieron apoyo oficial de sus gobiernos legítimos, son:

  • dos ejemplos de lucha exitosa contra golpes internos se basaron en la no cooperación y la desobediencia masiva por parte de la gente: el intento fallido de golpe de estado de Kapp (Alemania, 1920) y el fracaso del golpe de Argel (Francia, 1961).
  • dos ejemplos de luchas civiles contra las invasiones militares extranjeras: la lucha de los alemanes del Ruhr contra la ocupación franco-belga (1923) y la resistencia contra la invasión-ocupación de las tropas soviéticas (Checoslovaquia, 1968).

 

12. Los países bálticos, –Lituania, Letonia y Estonia–, dependieron en gran medida de los métodos de resistencia noviolenta, cuando después de declarar su independencia en 1990 tuvieron que afrontar en enero de 1991 un intento de agresión por parte de las autoridades soviéticas para recuperar el control. El ministro de Defensa de Lituania, Andreus Butkevicius en 1991 decía: «Nunca tendremos un ejército lo suficientemente fuerte como para defendernos de un agresor extranjero. Nuestro objetivo sólo puede ser el de derrotarlo moralmente, económicamente y políticamente, no físicamente». Y citando el libro de Gene Sharp, proclamó: «Prefiero tener este libro a una bomba atómica».

13. La principal dificultad de todos estas luchas hasta ahora ha sido la falta de organización previa, de preparación, «de armas» avanzadas noviolentas, de formación o conocimiento profundo de los conflictos pasados y de los principios estratégicos de la lucha noviolenta (mientras que los militares hace miles de años que acumulan conocimiento).

14. La capacidad de desobedecer proviene de la terquedad colectiva y de la pérdida de miedo al castigo. Negarnos a la cooperación política radica simplemente en la propensión humana a ser tercos cuando conviene, en este caso de forma colectiva por una causa compartida. Las sanciones son importantes para mantener el poder político de los gobernantes, pero no comporta, que estos castigos consigan siempre recobrar la sumisión y la obediencia. Si bien los castigos impuestos por los gobernantes pueden ocasionar en principio un cierto grado de conformidad externa, esto será insuficiente para producir un efecto duradero.

Cuando el miedo de los castigos no domina la mente de la gente, es improbable que la represión tenga éxito. La lucha noviolenta es simplemente la aplicación colectiva de la humana con fines sociales, económicos, políticos.

15. La teoría de que el poder político emana de la violencia, y que la victoria cae necesariamente del bando con la mayor capacidad de violencia, es falsa. En cambio, la decisión de desobedecer, la voluntad de desafiar y la facultad de resistir convierten de lo más importantes para obtener la victoria sobre opresores, tiranos y agresores que tienen una capacidad casi ilimitada para destruir y matar. En julio de 1943, Hitler reconoció que «No se puede gobernar sólo con la fuerza. Cierto que la fuerza es decisiva, pero igual de importante es tener esa cosa psicológica que el adiestrador de animales también necesita para hacerse el dueño de su bestia. Se les debe convencer de que nosotros somos los vencedores». El grado de libertad o de tiranía en cualquier sociedad política es en gran parte un reflejo de la determinación relativa de los sujetos a ser libres, de su predisposición y aptitud de organizarse para vivir en libertad y, muy importante, de su capacidad de resistir a los afanes para dominarlos o esclavizarlos. El poder social, y no los medios tecnológicos de destrucción, es el garante más firme de la libertad humana.

16. Incompatibilidad de la acción noviolenta con la acción violenta. Es peligroso considerar la acción noviolenta como un recurso accesorio y banal que complementa la acción principal (muy probablemente violenta) o simplemente como un precursor de alguna otra gran estrategia o lucha. Claramente, la acción noviolenta no es una técnica que puede resultar provechosa cuando se combina con la violencia. De hecho, esto es muy peligroso, porque la violencia es contraproducente para elementos esenciales de la técnica noviolenta. Tal violencia, a menudo incluso en grados limitados, ha tenido la consecuencia de reducir el número de resistentes y por tanto ha debilitado la fuerza de su no-cooperación. Además, la violencia puede reducir el impacto del carácter noviolento del movimiento sobre la facción adversaria (especialmente sobre la policía y los soldados) y disminuir el grado de solidaridad y de apoyo de terceros. La experiencia de la policía y de los soldados de infligir represión violenta contra resistentes noviolentos ha hecho disminuir, en diversas circunstancias, su predisposición a obedecer. A veces, la consecuencia ha sido incluso una desafección a gran escala, desobediencia encubierta o sublevación abierta contra las órdenes de continuar la represión brutal de gente violenta. Este es un motivo muy importante para mantener la disciplina noviolenta de la gente. Así pues, la violencia, añadida a una lucha violenta, en realidad debilita, no fortalece, tal movimiento.

17. La técnica noviolenta funciona cambiando las relaciones de poder. La acción noviolenta ejerce poder, tanto para contrarrestar la fuerza de un grupo adversario como para promover los objetivos del grupo noviolento. Por ejemplo, cuando los kappistas intentaron arrebatar el control en la República de Weimar, los funcionarios, los burócratas y los gobiernos de los estados simplemente se negaron a reconocer su legitimidad o a cumplir sus órdenes. Esto resultó fatal para el golpe.

18. Perseverancia de la acción noviolenta ante la represión. La acción violenta es concebida para actuar contra los adversarios que pueden y están dispuestos a emplear sanciones violentas. Por lo tanto, la represión es una respuesta probable a un reto noviolento serio. La represión puede adoptar formas como la censura, la confiscación de fondos y bienes, la interrupción de comunicaciones, presión económica, detenciones, encarcelamientos, reclutamiento, campos de concentración, uso de agentes provocadores, amenazas, palizas, tiroteos, matanzas, torturas, ley marcial, ejecuciones, y represalias contra familiares y amigos. La intensidad y el tipo de represión varían, de acuerdo con la influencia de diversos factores. Ahora bien, la represión del grupo noviolento puede ser notablemente más limitada que la que los adversarios emplearían contra una revuelta violenta o un enemigo externo que utilizara medios armados. Esto no es fruto de ninguna gentileza, sino que emana del reconocimiento de que la represión violenta extrema puede ser contraproducente para el régimen que afronta el reto noviolento. La elevada probabilidad de represión violenta es un indicio claro de que la acción noviolenta puede plantear una amenaza real al orden establecido. La violencia de los adversarios no es un motivo para abandonar la acción noviolenta tal como la acción militar del enemigo en una guerra no es un motivo para abandonar la propia acción militar.

19. Ante la represión violenta, los resistentes noviolentos, si tienen fuerzas, deben perseverar y negarse a someterse o a retirarse. Deben estar dispuestos a arriesgarse al castigo como una parte del precio de la victoria. Las probabilidades y la severidad de la represión variarán. Ahora bien, este riesgo no es exclusivo de la acción noviolenta. También hay riesgos –generalmente mucho más graves– cuando ambos bandos utilizan la violencia. Ante la represión y el sufrimiento, el grupo noviolento deberá hacer esfuerzos para fortalecer su moral, sus sentimientos de solidaridad y la determinación de continuar la lucha. Facilitar formación en el uso de la acción noviolenta y cómo comportarse bajo presión puede ayudar en estos afanes. La gente también puede ser más disciplinada cuando aprende por experiencia directa que la aplicación rigurosa de la técnica noviolenta le reporta grandes ventajas. Los combatientes violentos también pueden aprender de la propia experiencia (y la de otros) que su respuesta violenta a la violencia puede reducir las bajas. Si bien hay resistentes y otros civiles que resultan heridos y asesinados durante la lucha noviolenta, las cifras son sistemáticamente mucho más bajas que en movimientos de resistencia violentos comparables, tales como insurrecciones violentas, guerra de guerrillas y conflictos bélicos convencionales. Un conocimiento de todos estos factores puede ayudar a la gente a mantener la disciplina necesaria durante una represión severa.

20. Si los adversarios incurren en la brutalidad, o que los resistentes no pueden soportar el sufrimiento, puede ser necesario un cambio de tácticas y métodos dentro del marco de la lucha noviolenta. La represión de un grupo noviolento que persevera en la lucha y además mantiene la disciplina noviolenta provoca el proceso especial de «jiu-jitsu político». Este proceso desequilibra políticamente a los adversarios porque sus acometidas violentas no encuentran ni resistencia violenta ni rendición. La brutalidad contra un grupo noviolento es más difícil de justificar (en la propia gente de los adversarios o en el mundo en general) que la brutalidad contra rebeldes violentos. Por supuesto que el grado en que un régimen se siente capaz de desafiar la opinión mundial –o nacional– varía, pero permanece un problema. Las noticias sobre brutalidades pueden filtrarse a pesar de la censura, y una represión más severa puede intensificar en vez de reducir la hostilidad y la resistencia al régimen.

21. Cuatro mecanismos de cambio. A pesar de la diversidad entre los diferentes casos de acción noviolenta, podemos distinguir cuatro «mecanismos» generales de cambio que intervienen en esta acción en relación al adversario: la conversión, la adaptación, la coerción violenta y la desintegración.

22. Las imprescindibles preparación, estrategia y determinación. Si el grupo que utiliza la acción noviolenta no posee suficiente fuerza interna, determinación, capacidad y cualidades relacionadas para hacer que la lucha noviolenta sea efectiva, la repetición de frases y palabras como «noviolencia» no lo salvará. No hay ningún sustituto para la fuerza y la habilidad auténticas a la hora de aplicar la acción noviolenta. Si el grupo noviolento no posee estas cualidades en una cantidad suficiente para hacer frente a sus adversarios, es poco probable que gane. Por otra parte, si los contendientes noviolentos están decididos, usan con inteligencia estrategias y tácticas escogidas, actúan hábilmente para promover su causa, cumplen los requisitos para que la técnica funcione y son capaces de persistir ante la represión, entonces la victoria es posible.

23. Hay una preparación previa y un conocimiento amplio de las directrices generales de la resistencia (incluidas responsabilidades y posibles funciones de varias partes de la población e instituciones concretas), para que la población sea mucho más capaz de evitar esa sensación de incertidumbre y confusión y al mismo tiempo pueda afrontar la crisis inminente con determinación, ánimo y confianza. Para aplicar la defensa civil noviolenta, la gente tiene que estar dispuesta a resistir, a prepararse bien y a luchar ante las adversidades, tal como se hace con los medios militares. Además, potencialmente, la población entera –sin tener en cuenta el sexo y la edad– y todas las organizaciones sociales son participantes en la lucha.

24. Impedir que el atacante tome el control de los sistemas clave. Un precepto fundamental de cualquier estrategia sólida en defensa civil noviolenta es mantener la legitimidad y la capacidad de autogobierno de la sociedad ante los intentos de los atacantes de imponer su dominio. Planteado de forma negativa, los defensores siempre deben negar legitimidad a los asaltantes e impedirles que gobiernen el país efectivamente, tanto si intentan apoderarse del aparato gubernamental existente como si quieren establecer uno propio. También es indispensable hacer grandes esfuerzos para negarles cualquier objetivo adicional que puedan tener. Si las intenciones de los asaltantes son, por ejemplo, la explotación económica, es probable que las estrategias y los métodos más apropiados sean económicos, y diferirán de los medios de defensa apropiados si los fines de los atacantes fueran políticos, ideológicos, territoriales, genocidas o de otra naturaleza. Es, pues, crucial que la población niegue toda legitimidad a los atacantes y que el gobierno existente se abstenga de someterse y colaborar. En la defensa civil noviolenta es necesario impedir a los asaltantes utilizar el simbolismo, la legitimidad, la administración y las instituciones de control político y social del gobierno que se defiende, además de su policía y de cualquier posible fuerza militar existente.

25. Los factores que determinan la estrategia y los medios de la defensa civil, son:

  • La naturaleza del régimen o del grupo atacante;
  • El grado en que los dos bandos se sienten próximos, o alejados, entre ellos en otras relaciones;
  • la naturaleza de los medios de acción y las medidas represivas de los atacantes;
  • el grado en que terceros pueden influenciar o presionar a los atacantes;
  • el grado en que los defensores pueden ser influenciados por terceros;
  • la fuerza interna de la sociedad atacada y de sus organizaciones no gubernamentales;
  • la vulnerabilidad del régimen y del sistema de los atacantes;
  • el grado y la naturaleza de los preparativos previos para defender la sociedad;
  • la importancia relativa de las cuestiones en juego para los atacantes y los defensores:
  • la vulnerabilidad o la autosuficiencia económica de la sociedad defensora, sobre todo para disponer de alimento, agua y combustible, y
  • la predisposición de los defensores a sufrir bajas como precio de la defensa.

26. Factores que influyen en la eficacia de la defensa civil. No todas las luchas de defensa civil noviolenta tendrán el mismo éxito, ni tampoco hay ninguna fórmula que, si se sigue, garantice la victoria. Aún así, es posible indicar en líneas generales que la eficacia de la defensa civil noviolenta dependerá de, como mínimo, de estos siete factores:

  • la voluntad de la población de defenderse del ataque;
  • la fuerza interna de la sociedad atacada;
  • la capacidad de la población y las instituciones para mantener el control de sus fuentes de poder y por negarlas a los atacantes;
  • el saber estratégico ejercido por los defensores;
  • la capacidad de los defensores para negar a los atacantes sus objetivos;
  • la capacidad de los defensores civiles para cumplir los requisitos para una lucha noviolenta eficaz, entre los cuales el mantenimiento de la disciplina y la resistencia noviolentas a pesar de la represión, y
  • la habilidad de los defensores para agravar los puntos débiles del sistema y del régimen de los atacantes.

27. Mantener la disciplina noviolenta ante la represión y las provocaciones. El éxito de los métodos no violentos depende en gran medida de la persistencia en su aplicación a pesar de la represión y en el mantenimiento de la disciplina noviolenta ante las provocaciones. El paso a la violencia cambiaría la situación de un conflicto asimétrico, de armas no violentas contra armas violentas (que tiene grandes ventajas para los defensores civiles), a un conflicto simétrico en el que los dos bandos utilizan armas violentas (que generalmente concede una mayor ventaja a los atacantes, mejor equipados). Los costes humanos de la defensa no se deben subestimar. Ahora bien, las bajas y los otros sacrificios implicados en la defensa civil noviolenta deben ponerse en el contexto de los costes inmensamente superiores de las guerras, tanto las convencionales como las de guerrillas, por no hablar de la guerra nuclear. El sufrimiento y la muerte son prácticamente inevitables en cualquier situación de lucha intensa. Sin embargo, las luchas noviolentas tienen tendencia a minimizar las bajas y la destrucción.

28. La huida o la capitulación ante la violencia de los atacantes es una respuesta inaceptable como ocurre en cualquier conflicto grave, incluidos los enfrentamientos bélicos. Los defensores civiles no se deben dejar sorprender por la represión severa y las brutalidades. Cuando estas ocurran, los defensores no deben cesar la resistencia. La represión suele ser una reacción a la constatación de que la resistencia está poniendo en peligro el éxito del ataque. Cualquier intento de detener la violencia de los agresores por brutal que sea, disminuyendo o cesando la resistencia sólo enseñará a los atacantes a repetir aquella violencia aún más severamente en el futuro, por cuanto ha producido el resultado deseado: la sumisión. Si bien los defensores pueden pasar a otros métodos de acción noviolenta que desafían los atacantes de diferentes maneras, no deben capitular ante la violencia. Cuando se registren bajas en las luchas noviolentas, puede ponerse en marcha el proceso de jiu-jitsu político, que en muchos casos puede ser crucial para alcanzar el éxito.

29. Poner en marcha la política defensiva tomando la iniciativa. Cuando ni el efecto de disuasión de los preparativos de la defensa civil noviolenta ni los efectos disuasorios de otras políticas nacionales y exteriores no han podido impedir una invasión o una usurpación interna, es la hora de poner en marcha la política defensiva. Hay que aplicar inmediatamente algún tipo de estrategia de defensa en la primera fase del ataque. Es muy importante que la sociedad atacada haga grandes esfuerzos para tomar la iniciativa en la lucha y no limitarse a responder a los actos de los asaltantes. Es probable que las estrategias iniciales de los defensores adopten una o dos formas principales, la una concebida para transmitir la voluntad de los defensores de resistir y para advertir de la intensa lucha futura, y la otra, también de signo comunicativo, planificada para demostrar en la acción algunos de los tipos de resistencia más contundentes que probablemente se utilizarán en una fase posterior. La blitzkrieg noviolenta (acción relámpago) puede adoptar formas como el rechazo en gran escala a la autoridad de los atacantes, huelgas generales, no-cooperación política masiva, llamadas generalizadas a las tropas de los asaltantes y métodos similares. Por regla general, las probabilidades de que los atacantes se sientan bastante sorprendidos por emprender una retirada rápida son muy remotas, pero favorables en circunstancias especiales. En todo caso, la estrategia de blitzkrieg comunicará a todos los afectados que el ataque será respondido con una defensa resuelta.

30. Estrategia de comunicación: mostrar la imagen real e insistir en que no se amenaza la vida de los atacantes. Las tropas y los funcionarios de los asaltantes serán objetivos de especial importancia durante esta fase de la lucha. Puede que los hayan mentido sobre la situación en el país defensor, sobre lo que pueden esperar de la población, o incluso sobre qué país han invadido. Una de las fórmulas clave para disolver la tentativa de asalto o de empleo consiste en reducir o eliminar la lealtad, la fiabilidad y la obediencia de las tropas y los funcionarios del régimen de los atacantes. Por lo tanto se debe ofrecer a estas personas, individualmente y en su conjunto, una imagen real para corregir las mentiras y permitirles que entiendan mejor su función y sus responsabilidades. Los defensores civiles deberán comunicar a las tropas y a los funcionarios las cuestiones que están en juego en el conflicto, la naturaleza de la sociedad que han atacado, los fines percibidos de los atacantes, y la importancia para la gente de las dos partes contendientes que detenga el ataque y que se ponga fin a la tentativa de asalto o empleo. Los defensores también deberán comunicar que, si bien la defensa opuesta al ataque será vigorosa, decidida y persistente, tendrá un carácter especial: su propósito será derrotar el ataque y defender la sociedad sin amenazar las vidas ni la seguridad de los individuos que forman parte de las fuerzas atacantes. Esta información y práctica pueden ser muy útiles a la hora de subvertir las tropas y los funcionarios de los asaltantes.

31. Estrategia de resistencia selectiva: concentrar intencionadamente la resistencia en objetivos concretos que son especialmente importantes para el esfuerzo defensivo. Esta estrategia permite que la defensa se centre en vez de dispersarse. Además, resulta menos agotadora. En la mayoría de casos, la responsabilidad principal de llevar el esfuerzo defensivo pasará de un sector de la población a otro a medida que las cuestiones y los aspectos específicos de la resistencia cambien. Hay que considerar seis preguntas importantes a la hora de escoger los puntos para la resistencia selectiva:

  • ¿Cuáles son los objetivos principales de los atacantes?
  • ¿Qué impedirá a los asaltantes ganar o mantener el control sobre el aparato del Estado de los defensores o de partes importantes de este aparato?
  • ¿Qué impedirá a los atacantes debilitar o destruir la independencia de las instituciones y la capacidad de resistencia de la sociedad?
  • ¿Qué hará concentrar la capacidad defensiva en los puntos especialmente vulnerables del sistema, del régimen o de las políticas de los asaltantes, puntos que si se rompen pondrán en peligro su capacidad para alcanzar sus objetivos y para continuar su empresa?
  • ¿Qué permitirá a los defensores utilizar sus cualidades, capacidades y sectores más fuertes de la población (y evitando el uso de los más débiles) para fomentar la defensa?
  • ¿Qué cuestiones específicas tipifican los principios y objetivos generales de la lucha, cuestiones que ayuden a suscitar un espíritu de resistencia justificada entre los defensores y hacen que los fines y los medios de los atacantes parezcan más injustificados y censurables?

32. Para medir el éxito y el fracaso en la defensa civil noviolenta, los mismos términos éxito y fracaso deben utilizarse con significados precisos. Esto es necesario tanto para evaluar la eficacia de cualquier aplicación concreta de defensa civil noviolenta como para comparar esta política con la defensa militar. El éxito, en la defensa civil noviolenta, se mide según los defensores han logrado efectivamente sus objetivos, es decir, disolver el ataque y recobrar su capacidad independiente de vivir de acuerdo con sus propios principios y instituciones. Por otra parte, el fracaso en la defensa civil noviolenta significa que los atacantes han obtenido sus objetivos. Como ocurre en las luchas armadas, no todos los intentos de aplicar la defensa civil noviolenta tendrán éxito. Este tipo de lucha, como cualquier otro, puede tener éxito sólo si se cumplen sus requisitos de eficacia. Los defensores civiles demuestran ser capaces de obstruir el establecimiento de controles sobre la sociedad, de impedir un gobierno colaboracionista o sustituto efectivo, de derrotar a los objetivos políticos, económicos, ideológicos o de otro signo de los atacantes, al mismo tiempo que incrementan los costes de los intentos de los agresores más allá de cualquier nivel aceptable.

33. Ni siquiera la derrota aparente es definitiva. Aunque los defensores no hayan alcanzado sus propósitos en un momento dado, es posible que lo hagan más adelante. En la medida en que se mantengan el espíritu de resistencia y la resiliencia de la sociedad, la población podrá reanudar la lucha defensiva en otro momento. Mientras tanto, puede haber la necesidad de descanso, renovación de la fuerza de la sociedad y su capacidad de rehacerse de los ataques, elaboración de estrategias nuevas y elección de objetivos nuevos, inicialmente limitados y alcanzables. El éxito en estos objetivos puede llevar a la adopción de estrategias con metas más ambiciosas. De lo contrario, la derrota definitiva en la defensa civil noviolenta no se da nunca mientras la población y la sociedad sobrevivan. En el curso de una lucha, los defensores civiles pueden valorar el éxito que han obtenido hasta ese momento abordando las siguientes preguntas:

  • ¿Hasta qué punto los defensores civiles han mantenido, debilitado o fortalecido su voluntad de resistir?
  • ¿Hasta qué punto las diversas personas y grupos entre los atacantes han mantenido, debilitado o fortalecido su voluntad de continuar el ataque y perseguir los objetivos originales?
  • ¿Hasta qué punto las organizaciones independientes (nodos de poder) de la sociedad defensora han mantenido, perdido o aumentado su capacidad para luchar y negar a los atacantes las fuentes de poder que necesitan?
  • ¿Hasta qué punto los defensores y los atacantes, respectivamente, han demostrado buen criterio estratégico o ineptitud, y han deteriorado o mejorado sus criterios estratégicos?
  • ¿Hasta qué punto los defensores civiles han incrementado su aptitud para oponerse no-cooperación y desafío, su capacidad de acción disciplinada y su facultad para cumplir los requisitos de eficacia en la lucha noviolenta?
  • ¿Hasta qué punto la población, los agentes represores y los administradores de los atacantes han experimentado una moral alta, apoyo y ayuda activa al ataque, o en cambio han experimentado una moral baja, disentimiento, falta de fiabilidad u oposición al ataque?
  • ¿Hasta qué punto, respectivamente, los amigos internacionales y los socios políticos o económicos necesarios de los atacantes y los defensores han continuado sus relaciones anteriores, han ofrecido apoyo, o bien han desaprobado sus acciones y han retirado la cooperación?
  • ¿Hasta qué punto los defensores han mantenido su capacidad de autonomía y la aptitud de cubrir sus necesidades económicas?
  • ¿Hasta qué punto las medidas de manipulación y represión de los atacantes han exitoso o han sido ineficaces para detener la defensa y ganar los objetivos de los asaltantes? ¿O han intensificado de hecho la resistencia de los defensores, han levantado oposición en el propio terreno de los atacantes y han provocado la intervención internacional?
  • ¿Hasta qué punto los defensores han continuado o incluso intensificado su resistencia ante la represión y las brutalidades?
  • ¿Hasta qué punto se han alcanzado los objetivos originales de los atacantes (económicos, políticos, ideológicos o de otro signo)?
  • ¿Cual bando lleva la iniciativa en el conflicto?

34. Cuando las respuestas a estas preguntas indican que los defensores han obtenido algunas ganancias pero también han experimentado algunas pérdidas, es la hora de tomar medidas correctoras para acrecentar sus posibilidades de éxito. Deben adoptar los siguientes pasos: mantener y ampliar su fuerza social; identificar y aplicar sus influencias más relevantes y efectivas sobre los atacantes; mejorar su criterio estratégico; centrar la resistencia en los puntos débiles de los asaltantes, y actuar con ponderación, valentía y tenacidad. El factor más importante para que la defensa civil noviolenta alcance el éxito es que la sociedad atacada pueda mantener su autodirección y autonomía incluso con la presencia de potenciales gobernantes despiadados que tienen el apoyo de tropas hostiles.

35. Transarmamento: de la defensa militar a la defensa civil noviolenta. Ningún país renunciará permanentemente a sus opciones militares salvo y hasta que no tenga una confianza merecida en una política de defensa civil noviolenta avanzada y viable. El proceso de pasar de la defensa militar a la defensa civil noviolenta (Civilian-based defense) llamado «transarmamento». Es el proceso de cambiar el tipo de «armamento» de uno que confía en las fuerzas y las armas militares a otro que depende de que toda la población utilice las armas psicológicas, sociales, económicas y políticas. No se puede pensar en un solo modelo de transarmamento parcial o total que se pueda aplicar a todos los países y situaciones. Pero sí es posible concebir varios modelos genéricos en virtud de los cuales la defensa civil noviolenta podría convertirse en el elemento principal de la política defensiva de un país o un componente importante dentro de una política más amplia predominantemente militar. Hay por lo menos cuatro modelos genéricos:

  1. Adopción plena y relativamente rápida de una defensa civil noviolenta como la política defensiva nacional para países pequeños que no tienen ninguna alternativa militar o de alianza viable debido a alguna situación o condición especial.
  2. La adición de un componente de base civil a una política de defensa predominantemente militar que sirva uno o más fines concretos, sin la intención de ampliar este componente para que ejerza funciones más extensas dentro de la política global.
  3. La introducción por etapas y la ampliación progresiva de elementos de defensa civil noviolenta con el objetivo de un transarmamento finalmente total.
  4. El transarmamento multilateral gradual y negociado de varios países vecinos, que introduzcan al mismo tiempo componentes de defensa civil noviolenta, quizás seguido de una reducción escalonada del arsenal militar.

36. Adopción plena y rápida de una defensa civil noviolenta. El transarmamento rápido y total es más probable para aquellos países que carecen de opciones militares notables, o aquellos para los que el uso de sus opciones militares sólo conllevaría una devastación segura. La adopción de esta política sería posible para países pequeños que no tienen fuerzas armadas, tales como Costa Rica o Islandia. En la actualidad, tales países dependen de una fuerza policial interna muy fuerte y la posibilidad de ayuda exterior (Costa Rica) o de la participación en una alianza militar externa (Islandia). Estos dos acuerdos presentan desventajas si la independencia de acción real es un objetivo importante. La adopción rápida de la política podría ser posible también para futuros países recién independizados (como Palestina, Estonia, Letonia, Lituania, Armenia, Hong Kong o el Tíbet). Posiblemente estos países continuarían sintiéndose amenazados por su vecino militarmente más poderoso (es decir, su dominador anterior). Sin embargo, no tendrían ninguna manera de desarrollar una capacidad de defensa militar adecuada y autosuficiente. Si el país pequeño se aliara con una potencia militar extranjera, el gobierno dominante anterior podría sentirse amenazado o incluso provocado a invadirlo. Para los países en tales situaciones, unos estudios cuidadosos de viabilidad y una reflexión detenida pueden hacer que la defensa civil noviolenta se vea como una alternativa realista y más completa a la defensa militar. Ya no habría que escoger entre hacer gestos violentos, pero impotentes, o someterse pasivamente a la agresión o la usurpación. Los métodos en que la defensa civil noviolenta sería adoptada por estos países recién independizados podrían ser más flexibles que si dispusieran de estructuras de Estado más consolidadas. En algunos casos, las iniciativas gubernamentales en el estudio de la defensa civil noviolenta podrían preceder a su aceptación por las instituciones no estatales. Estas iniciativas podrían proporcionar entonces el marco genérico para elaborar planes más específicos. Entonces la población y las instituciones de la sociedad podrían evaluar la política de defensa propuesta y prepararse para sus funciones dentro de su marco. En otros casos, la iniciativa de adoptar una defensa civil noviolenta podría emanar de la población y las organizaciones independientes de la sociedad. Esta iniciativa, e incluso los primeros preparativos –potencialmente elaborados sobre la experiencia de una lucha por la independencia–, podrían avanzar antes de, o en paralelo a, la evaluación y la toma de decisiones del gobierno. En tales casos, las recomendaciones de las organizaciones independientes y los grupos profesionales podrían integrarse entonces en un plan nacional global para una política adoptada por el gobierno. En el futuro, los países recién independizados deberían tener ventajas considerables sobre la situación de Alemania en la década de 1920 por varias razones: hay mucha más experiencia histórica, la naturaleza de la lucha no violenta y de la defensa civil noviolenta se conoce mucho mejor, y hay tiempo para hacer preparativos y formar a la población para que lleve a cabo la lucha de defensa.

37. Beneficios potenciales de una política de defensa civil noviolenta. A largo plazo, la defensa civil noviolenta tiene el potencial de generar varios beneficios que no son posibles con políticas defensivas militares:

  1. La defensa civil noviolenta aumentaría la capacidad de autosuficiencia en cuestiones de defensa y seguridad, incluso en países pequeños y medianos, al trasladar el factor decisivo de la fuerza militar a la fuerza social. Entonces ya no sería necesario depender de países extranjeros para obtener armas y provisiones militares, ni tampoco establecer alianzas con Estados militarmente más poderosos. Los costes financieros y políticos de tal dependencia quedarían suprimidos.
  2. Por su naturaleza no militar, la defensa civil noviolenta proporciona capacidades de disuasión y defensa pero no puede ser utilizada para ataques externos, con lo que reduce las amenazas y los peligros internacionales.
  3. A medida que la defensa civil noviolenta deviene más adoptada, exitosa y reconocida por su potencia, es probable que la incidencia de agresión militar exterior disminuya. Es probable que los atacantes potenciales desistan de agredir otros países.
  4. La defensa civil noviolenta puede reducir la proliferación nuclear proporcionando una vía alternativa a la autosuficiencia en políticas de seguridad en que se entienda que los medios militares convencionales son inadecuados o impracticables.
  5. Es probable que la defensa civil noviolenta disminuya la incidencia de usurpaciones y represión internas para las fuerzas armadas. Una de las grandes ironías para los partidarios de gobiernos democráticos ha sido que en numerosos países, y en condiciones muy diversas, las fuerzas militares que se han fundado para defender aquella sociedad y aquel gobierno se han girado para atacarlos.
  6. La adopción y la preparación de una política de defensa civil noviolenta pueden, al menos en determinadas condiciones, contribuir a una disminución de la violencia interna a manos de colectivos con agravios y animarles indirectamente a expresar sus reivindicaciones mediante formas de acción noviolenta.
  7. La defensa civil noviolenta tiene más probabilidades de que su equivalente militar de mantener la atención centrada en los objetivos originales del conflicto en vez del daño infligido al enemigo.
  8. La defensa civil noviolenta, tal como genéricamente ocurre con la lucha noviolenta, tiende a provocar menos bajas y menos destrucción que los conflictos militares comparables. Esto tiene ventajas importantes.
  9. Prescindiendo de las capacidades de ataque convencional y nuclear, los países con una defensa civil noviolenta tienen muchas menos probabilidades de ser amenazados o atacados con armas de destrucción masiva.
  10. La probabilidad de un ataque externo se puede reducir también con el desarrollo de una política exterior más «positiva», fortalecida la defensa civil noviolenta disminuyendo las hostilidades internacionales y aumentando la buena voluntad para con el país que ostenta la política no militar.
  11. Una política de defensa civil noviolenta también reduciría el volumen del gobierno y los gastos de disuasión y defensa. Puesto que las guerras y los sistemas militares han sido factores principales en el enorme crecimiento del Estado, esta transición a un sistema de defensa no militar ayudaría a invertir la tendencia general a aumentar el volumen y los costes, del gobierno y de las instituciones de defensa.
  12. La defensa civil noviolenta eliminaría las influencias centralizadoras endémicas de los sistemas militares y, en su lugar, introduciría influencias descentralizadoras relacionadas con características violentas. Entre estas se incluiría todo el desarrollo de una mayor autosuficiencia.
  13. Otro beneficio de una política de defensa civil noviolenta sería estimular la ciudadanía a evaluar los principios a los que se ha adherido a su sociedad y juzgar como defiende estos valores. Poniendo la responsabilidad de la defensa en la misma gente, esta política animaría a los ciudadanos a identificar las cualidades de la sociedad dignas de ser defendidas y a considerar cómo se podría mejorar su sociedad.
  14. Proporcionando disuasión y defensa por medio de formas civiles de lucha, la nueva política ofrece un medio por el que la guerra se puede ir sustituyendo por una opción menos peligrosa. Cuando se considere que esta opción es adecuada, países enteros podrán entonces abandonar los medios militares porque ya no serán necesarios. Una reducción gradual de la dependencia de los recursos militares se convierte en realista en el grado en que la nueva política de defensa civil noviolenta demuestre ser capaz de proporcionar una verdadera capacidad de disuasión y defensa. Países solos o en grupo pueden adoptar medidas importantes hacia el abandono de la guerra mediante el desarrollo y la sustitución progresiva con su equivalente civil.

38. El potencial de una política de defensa civil noviolenta se debe estudiar y debatir extensamente entre la población y las instituciones de todas las sociedades que tienen un problema de defensa interno o externo. Esto implica, de hecho, prácticamente todos los países. Mientras que en algunos casos la iniciativa puede venir del gobierno o incluso de las fuerzas armadas, es mucho más probable que los debates comiencen entre la gente, en el seno de diversas organizaciones independientes, y entre investigadores académicos y analistas políticos.

De entre las numerosas publicaciones que el ICIP está haciendo para el público catalán sobre caminos para fortalecer la paz, hay cuatro más que ponen las bases para plantear el presente y el futuro de la defensa por medios civiles contra las amenazas que habitualmente se han confiado a la defensa militar:

  • Construir un estat segur i en pau (Construir un estado seguro y en paz). Seminari Estat de Pau (Seminario Estado de Paz).
  • De la dictadura a la democràcia. Un marc conceptual per a l'alliberament. (De la dictadura a la democracia. Un marco conceptual para la liberación) Gene Sharp.
  • El antigolpe. Manual para una respuesta noviolenta a un golpe de estado. Gonzalo Arias.
  • Un Servei Civil Noviolent: Viabilitat i Característiques (Un Servicio Civil Noviolento: Viabilidad y Características). Rubén Campos Palarea.

Un estudio articulado entre las propuestas de todos estos libros puede poner los fundamentos para poder hacer frente sin tener que recurrir a la violencia de los ejércitos, a los problemas de la dictadura, el genocidio, la opresión y la guerra gracias a una bien preparada y organizada defensa civil noviolenta.


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La revuelta pacífica. El hombre que tumbaba dictaduras con libros: Gene Sharp (1928-2018). Eduard Peris.

Pepe Beúnza: «Cuando quieres cambiar una sociedad injusta y violenta debes asumir riesgos y uno de ellos es la cárcel». Surtdecasa.cat.

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