El dumping consiste en la acción de vender por debajo del precio de coste con el objetivo de arruinar a los competidores. Una vez la empresa que practica el dumping ha logrado el monopolio del mercado, puede aumentar abusivamente el precio de sus mercancías y tiene una posición favorable para seguir pagando salarios más bajos a sus trabajadores.
Este tipo de acción es una de las responsables del incremento del paro y de la progresiva pérdida de derechos salariales y laborales de muchos trabajadores con trabajo. Esto ha provocado que tanto parados como trabajadores pierdan poder adquisitivo y, por lo tanto, muchas empresas pierdan, a su vez, ingresos en concepto de ventas. Además, debido a la pérdida de condiciones laborales y salariales y a los recortes en los costes de producción, la calidad de los bienes y servicios que se ofrecen disminuye. En definitiva, el dumping provoca un empobrecimiento general de la sociedad.
Contra esta acción, Agustí Chalaux y Lluís Maria Xirinacs, dentro de su Sistema General, proponen la siguiente solución, sólo aplicable con eficacia en un mercado que dispone de una o de unas monedas totalmente nominativas.
En primer lugar, todos los profesionales mercantiles de la comunidad geopolítica donde se aplica el Sistema General están agrupados en gremios distribuidos por zonas geográficas. La pertenencia a estos gremios es gratuita y obligatoria, y tienen una primera finalidad: Establecer un precio mínimo para cada tipo de producto y servicio.
Cuando una mercancía de un país extranjero llega con un precio de venta inferior al precio mínimo establecido por el gremio correspondiente, entonces automáticamente se le aplica un impuesto de anti-dumping, que iguala su precio al precio mínimo establecido por el gremio respectivo.
El montante de todos los impuestos de anti-dumping sirve para exportar la revolución: Se trata de revertir este capital en los trabajadores de los países exportadores de productos que se querían vender por debajo del precio de coste, para que reciban un sobresueldo que mejore, como mínimo, sus condiciones salariales.
Para hacer efectivo este sobresueldo, a la comunidad que aplica el Sistema General le va muy bien disponer, en estos países exportadores, de sucursales de cajas de ahorros de aquella comunidad, las cuales pueden repartir este dinero acumulado en cuentas corrientes de los beneficiarios del sobresueldo.
Con esta solución, no sólo los trabajadores con trabajo de los países que aplican el Sistema General no pierden sus condiciones salariales y laborales, sino que empiezan a ganar derechos los trabajadores de los países que aún no han asumido este sistema y que a menudo son víctima de sobreexplotación.
Estudiosos del crecimiento de la economía afirman que no es posible que las personas de todo el mundo vivan consumiendo al mismo nivel que los trabajadores más ricos del Primer Mundo, porque en este caso los seres humanos necesitaríamos disponer de los recursos de múltiples veces el planeta Tierra.
Para corregir este problema, el Sistema General con su transparencia mercantil, facilita el respeto por las leyes que exigen fabricar productos saludables y no contaminantes, impulsar el reciclaje integral de toda la materia, utilizar exclusivamente fuentes de energía renovables y respetar los espacios reservados a los ecosistemas naturales.
Una sociedad que utiliza exclusivamente fuentes de energía renovables, y no el petróleo por ejemplo, no necesita crear o facilitar las condiciones para que los países productores de petróleo, como Siria o Venezuela, vivan en conflicto permanente con el fin de ceder su producción petrolera a multinacionales que quieren conquistar el monopolio de la explotación y/o transporte de este recurso.
Por otro lado, un país exportador de petróleo que viva en paz puede ir mejorando las condiciones de vida de sus habitantes, para que no sea necesario que estas personas emigren por necesidad. Esto evita que se conviertan, en el peor de los casos, en trabajadores sin papeles que hacen disminuir las condiciones salariales y laborales de los trabajadores con papeles de los países a donde de otro modo los primeros irían a emigrar.
El Sistema General puede aportar, en los países receptores, una suficiencia presupuestaria que permita, entre otras cosas, que los inmigrantes puedan recibir una formación que les facilite aprender un oficio con garantías, conocer la lengua o lenguas y la cultura del lugar a donde irán, y saber los derechos y deberes que tienen que contraer con la comunidad de acogida.
Brauli Tamarit Tamarit.
Miércoles, 22 de junio de 2016.
Enlaces relacionados:
Turnos para cada gremio. Agustí Chalaux de Subirà.
Nuestra propia responsabilidad.
La moneda y la constitución.
