La Directa. Jueves, 16 de Mayo de 2019.
Opinión.
El Capital disfrazado de ciencia.
El autor, profesor de la Universitat de Lleida y miembro de «Som lo que sembrem» («Somos lo que sembramos»), pone el foco en la iniciativa «Ciencia en el Parlamento», que se presentó ahora hace unos meses en el Congreso de los Diputados español y que está impulsada por las instituciones públicas y por los grandes lobbys y empresas del sector farmacéutico y tecnológico.
La Ciencia en el Parlamento. Foto de archivo.
Joserra Olarieta. SomLoQueSembrem (Somos lo que sembramos).
Doctor en ingeniería agrónoma y miembro de Som lo que sembrem (Somos lo que sembramos).
En Noviembre pasado se presentó en el Congreso de los Diputados español la autodenominada «iniciativa ciudadana independiente» que lleva por nombre Ciencia en el Parlamento y que pretende «asesorar» a los miembros de esta institución en «temas científicos».
Después de la vergüenza del supuesto asesoramiento científico proporcionado por el Instituto de Estudios Catalanes y el Consejo Catalán de la Comunicación Científica en el Parlamento de Cataluña con motivo de la Iniciativa Legislativa Popular que la plataforma Somos lo que Sembramos presentó en 2009, es necesario saber de donde pueden venir los tiros.
Los organizadores de esta iniciativa ciudadana independiente son el mismo Congreso español (institución política como ninguna otra), la Fundación Fecyt (fundación del Ministerio de Ciencia, y por tanto, tan política como este), y la Fundación Cotec para la Inovación. Esta fundación está presidida por la exministra Cristina Garmendia, quien también fue directiva de diferentes empresas de biotecnología y de la CEOE. La presidencia de los patrones de Cotec está ocupada por Ysios Capital, empresa de capital riesgo que gestiona 191 millones de euros que invierte en «las industrias de la salud y la biotecnología», y en el equipo directivo de la cual aparece la misma Cristina Garmendia. A la Fundación Cotec también están desde Caixa Bank, Telefonica, Deloitte, Suez, BBVA, Iberdrola, y Indra... hasta Fiesta Hotels & Resorts. ¿Ciudadanos? ¿Independientes?
Pero para una iniciativa que se autodenomina independiente, vuelve a sorprendernos que también tenga entre sus colaboradores a todo un conjunto de grandes empresas, como por ejemplo las farmacéuticas y sus fundaciones.
Entre los colaboradores de la iniciativa, pues sí, se pueden encontrar universidades, centros de investigación, y asociaciones de científicos. Pero para una iniciativa que se autodenomina independiente, vuelve a sorprendernos que también tenga entre sus colaboradores a todo un conjunto de grandes empresas, como por ejemplo las farmacéuticas (GlaxoSmithKline, Takeda, Hefame) y sus fundaciones (Lilly, Pfizer, Roche, Gadea). Y está claro, también están las biotecnológicas, como Iden Biotechnology, empresa navarra que incluye dentro de su «comité de expertos» algunos antiguos altos directivos y trabajadores de Monsanto Europa, y que en el consejo de administración mezcla representantes de empresas públicas, como Sodena (empresa de capital riesgo del Gobierno de Nafarroa), y de fondo de capital riesgo, como CRB Inverbio.
En Ciencia en el Parlamento también están las fundaciones de las biotecnológicas. Entre ellas, Antama, fundación de las grandes empresas de biotecnología agrícola que «tiene como finalidad la promoción de las nuevas tecnologías aplicadas a la agricultura, el medio ambiente, y la alimentación». Para hacernos una idea de lo que puede buscar esta fundación en el Parlamento sólo hay que leer las últimas noticias que resalta en su web: «Asesores científicos de la Comisión Europea alertan del riesgo de regular las nuevas tecnologías de edición genética bajo la directiva de los OMG» y «Un informe concluye que el Brexit es una gran oportunidad para que el Reino Unido rompa con la restrictiva legislación europea sobre mejora genética vegetal». ¿Asesoramiento o lobby feroz?
También colaboran mucho las asociaciones patronales: Aces, patronal de la sanidad privada; Ineustar, asociación española de empresas dedicadas a la construcción y mantenimiento de instrumentos e instalaciones científicas; y, está claro, Asebio, la olla mezclada que incluye, entre otros, empresas de biotecnología y empresas de capital riesgo, incluyendo Bayer, Caixa Capital Risc, Grifols, Esteve, Monsanto, Merck, Ysios Capital...
Muy sorprendente es también la abundancia entre estos colaboradores de compañías de relaciones públicas: Berbes Asociados, «la empresa líder en consultoría de comunicación a Madrid», que cuenta entre sus clientes con Asebio, AstraZeneca, Biogen, GlaxoSmithKline, Merck, Novartis, y Pfizer; Weber Shandwick, multinacional de las relaciones públicas; Edelman Spain, agencia internacional de comunicación registrada al pomposo Registro de Grupos de Interés de la Unión Europea, es decir, al grupo de lobbys; Cariotipo MH5, consultores de lobby y relaciones públicas que «entiende la comunicación como una herramienta estratégica que contribuye a lograr los objetivos de las corporaciones». También colabora Celera («Aceleradora de personas» (sic)), un tipo de caza-talentos, donde están metidas la Fundación Banco Sabadell y la Fundación Rafael del Pino, que fue creada por el fundador de Ferrovial, y que el año pasado organizó una charla de Manuel Valls en Barcelona, y otra de Antonio Garrigues Walker y Susana Griso sobre «nacionalismos y populismos»...
Y como no, en Ciencia en el Parlamento colaboran también los fondos de capital riesgo como el antes mencionado CRB Inverbio, gestora de capital riesgo en biotecnología, «ciencias de la vida», y salud, y Axa, multinacional francesa de seguros y gestión de inversiones.
Quizás sólo fue por casualidad, pero pocos días después de la presentación al Congreso de Ciencia en el Parlamento, el gobierno español anunciaba un plan contra las pseudociencias y pseudoterapias. recordando que Mario Bunge, la referencia de cabecera en este tema, incluye «la Economía tal como se explica comúnmente» como una de las que él considera como pseudociencias, busqué a fondo qué medidas se utilizarían para luchar contra esta pseudociencia que cree en una mano invisible y que siempre receta las mismas pseudoterapias. Y no encontré nada, lo que es sorprendente porque esta Economía ha producido mucha miseria, destrucción, y muertos a lo largo de la Historia. Pero está claro, a pesar de que la Ciencia no lo ha demostrado, una gran verdad es que el perro no muerde la mano que le da de comer.
Enlace del artículo original en catalán:
https://directa.cat/el-capital-disfressat-de-ciencia/
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