Luz sin obsolescencia.
El Punt Avui+. Domingo, 23 de Junio de 2019. Página 4.
Punto de vista. Opinión. Tribuna.
Luz sin obsolescencia.
Benito Muros. Presidente de la Fundación FENISS.
«Cada año se tiran en todo el mundo 7.000 millones de bombillas».
El 18 de Junio de 1901, el parque de bomberos de Livermore, en California, encendió una bombilla incandescente de 4 Vatios para iluminar la estación durante las 24 horas del día. Hoy, más de un siglo después, la bombilla sigue encendida como el primer día.
Cada año se compran y se tiran en todo el mundo 7.000 millones de bombillas, el equivalente a mil campos de fútbol llenos de este tipo de lámparas. Unos residuos contaminantes que podrían reducirse bastante si los fabricantes de bombillas no acortaran deliberadamente la vida útil de sus productos. Se conoce como obsolescencia programada, una praxis que nace en los Estados Unidos en la década de los años treinta para potenciar el consumo y estimular la economía. Desde entonces, la industria mundial fabrica productos preparados para morir al cabo de un tiempo corto, forzando al consumidor a comprar una y otra vez el mismo producto.
Como economista y activista medioambiental quedé perplejo al descubrir, hace veinte años, la existencia de la bombilla de Livermore. Si la tecnología de principios de siglo permitía fabricar bombillas eternas, ¿por qué las que hay en el mercado hoy en día se funden constantemente? Con esta pregunta convertida en obsesión, me puse a trabajar con un equipo de ingenieros catalanes en el diseño de una bombilla fabricada para durar, no para morir. Como resultado de aquel ambicioso objetivo, nacía hace unos años Actúa Vida, la única bombilla del mundo sin obsolescencia programada, tal como lo acredita la Unión Europea desde el año 2016. No fue fácil, pero lo conseguimos. Nuestra bombilla está fabricada con materiales de una durabilidad muy superior a la de una bombilla ordinaria. Tanto la base como la cúpula y los componentes electrónicos están diseñados para alargar la vida útil del producto durante décadas, no para acortarla. Mantuvimos reuniones con varias administraciones públicas catalanas para reemplazar la luminaria pública actual con obsolescencia programada por nuestras lámparas, pero los contratos rígidos que ligan a las instituciones con las grandes empresas del sector, por ahora, lo han impedido. Los obstáculos no son pocos cuando vamos en contra de la inercia mundial del comprar-tirar-comprar.
La producción de la bombilla Actúa Vida está detenida por carencia de financiación. Los principales fabricantes de productos de iluminación tienen grandes cuentas en las entidades bancarias. El volumen de negocio es muy grande. En consecuencia, la banca es reticente a concedernos crédito para llevar adelante nuestro proyecto. Aseguramos, y la Unión Europea lo certifica, que nuestras luces sin obsolescencia programada podrían poner fin a los residuos de bombillas en todo el mundo si pudiéramos comercializarla.
Enlace del artículo original en catalán:
http://www.elpuntavui.cat/opinio/article/8-articles/1624763-llum-sense-obsolescencia.html
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