Nuevos apartados:
Dolors Marin Tuyà.
Artículos publicados en la revista Penedès Econòmic.
Lluís Maria Xirinacs.
Artículos publicados en el diario Avui, cuando Lluís Maria Xirinacs era senador independiente en las Cortes Constituyentes españolas, entre los años 1977 y 1979, traducidos al castellano.
Lluís Maria Xirinacs.
Artículos publicados en el rotativo Mundo Diario, cuando Lluís Maria Xirinacs era senador independiente en las Cortes Constituyentes españolas, entre los años 1977 y 1979.
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Publicaciones:
Lluís Maria Xirinacs.
Agustí Chalaux de Subirà, Brauli Tamarit Tamarit.
Agustí Chalaux de Subirà.
Agustí Chalaux de Subirà.
Agustí Chalaux de Subirà.
Magdalena Grau Figueras,
Agustí Chalaux de Subirà.
Martí Olivella.
Magdalena Grau,
Agustí Chalaux.
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3.6.3. La conversión al nuestro. El ejemplo
de Marx.
Es curioso que esto lo hizo muy bien Marx. Es de las pocas cosas, digamos,
que redondeó en este sentido de reafirmación subjetiva.
Marx estuvo haciendo de profeta, diríamos, en Los Manuscritos
y todo aquello que gusta a los curas, -que lo manipulan mucho, por cierto,
como manipulan las Escrituras y como manipulan todas estas cosas-, y de
repente, paró.
Se estuvo quince años parado, quince años. En Londres
se metió en el British Museum, allí tenía para estudiar
todo lo que quería.
Paró de hablar de los sufrimientos de los pobres, porque el sufrimiento
de los pobres es una cosa de filosofía, es una cosa profética.
En cambio, qué sé yo, la ley de la oferta y de la demanda
no es una cosa profética, es una cosa concreta, práctica
y técnica.
Aquel señor, para dar soluciones técnicas, paró de
hacer palabras y de hacer actitudes testimoniales... El señor se
fue al British Museum en donde había la colección de los
trabajos de todos los inspectores de trabajo de Inglaterra, -allá
había la copia de todos-, y con ello pudo conocer, se informó
y estudió aquello que pasaba en el mundo realmente, no aquello que
le pedía su espíritu. No las ilusiones o el Cosmos, en donde
no hay nada. La Inglaterra del siglo XIX, mil ochocientos cuarenta y ocho.
Cuando hubo estudiado todo esto, -y, además, en el British Museum
encontró todos los libros de toda la tradición burguesa,
prácticamente, de los grandes ideólogos de la economía
del mundo liberal, que era una tradición que no tenía nada
que ver con el Cosmos, que era una tradición de
nuestra sociedad,
que la definía, además, básicamente- entonces escribió
El
Capital, en el cual no hay una sola concesión al otro mundo,
ni una. Leerlo y veréis.
Además, se convirtió. Se dijo: «yo he estado un
tiempo de profeta. Ahora voy a hacer de lampista, poner las tuberías
bien puestas, los grifos bien hechos y los empalmes de agua bien hechos».
Esto no se da en el otro. El
otro es sólo un empuje.
Si observáis, ¿el otro está o no está?...
¡Y tanto que está! La diferencia entre El Capital de
Marx y un libro del Stuart Mill, o de Adam Smith, o del Ricardo, -que eran
los grandes teóricos de la economía de su tiempo...-, la
diferencia está en que Marx, además, todo eso lo hace solamente
para una cosa: porque quiere que los hombres se hermanen. En cambio, a
los otros les importa un «bledo». Es la diferencia que
hay.
Marx lleva el alma del Universo dentro de El Capital, pero la lleva
tan enterrada que no se ve, ni la dice en ningún sitio, pero aquello
ha fecundado su sistema.
El decía que, en aquél momento, aquel sistema era el válido,
pero que después se había de hacer otro y esto es correcto.
Esto quiere
decir que toda persona que ha dado la vuelta por el otro lado y
vuelve a este mundo da soluciones técnicas en base a mucho estudiar
y de fiarse en nada de su inspiración. Aquí no, aquí
no puede haber ninguna inspiración. Aquí no hay sonámbulos,
¿eh?. Aquí a currar, a trabajar, a sudar y a conocer la nosteridad
para transformarla en
otras nosteridades más de acuerdo con
la alteridad.
Y entonces, haciendo soluciones y cambiándolas, haciéndolas
y cambiándolas, haciéndolas y cambiándolas, haciéndolas
y cambiándolas, hasta el final.
Bien, pienso que con estos cuatro puntos queda bien definido esto que
podría ser un
mundo alternativo frente a un mundo nuestro.
Y termino aquí.
(Aquí empieza el debate).
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