Este esquema sitúa gráficamente las diferentes mercancías producidas en función de los ciclos de la producción y del consumo (última columna a la derecha). Sólo las mercancías socialmente finitas son las que acaban la vida mercantil. Todas las otras son socialmente no-finitas, aunque tecnológicamente puedan ser finitas, y permanecen en el mercado por el hecho de no haber sido poseídas por los simples consumidores.